Enmascarados

José Alberto Álvarez Bravo

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Desde hace tiempo, la disidencia cubana no está siendo sometida, salvo casos puntuales, a los ataques frontales de las brigadas de respuesta rápida, auspiciadas por el gobierno. Los métodos represivos son ahora más sutiles. Detenciones breves, citaciones a los cuarteles de la policía política y acosos de baja intensidad, son la tónica del momento; como si el régimen quisiera dar la imagen de cierta distensión. O potenciar la represión con guantes blancos, sin enseñar la cara fea de la brutalidad policial.

Otra variante del acoso a las ideas es el ataque personal, vía Internet, a quienes censuramos abiertamente la actuación de los gobernantes. Estos ataques tienen una peculiaridad: los agresores se enmascaran tras seudónimos, mientras nosotros aportamos los datos de identidad y localización.

Pudiéramos pensar en un cobarde armado que huye ante un valiente desarmado.  Peor, el cobarde portando un arma de fuego, pero carente de fuerza moral; el valiente, armado solamente con sus razones.

En apenas tres meses, y sobre todo en los últimos días, he sido atacado por tres de estos enmascarados. Contar esto es mucho más fácil que creerlo. Quienes, por vivir en una sociedad normal, no hayan experimentado directamente estos absurdos, no obtendrían otro resultado que el fracaso si se propusieran entender esta arista de la realidad cubana.

Todo un ejército se ocupa de conocer y controlar a cada uno de los miembros de la sociedad civil. Cabe preguntarse qué sucedería si esas personas se dedicaran a realizar trabajos productivos. Se podrían hacer realidad las palabras de Fidel Castro en La Historia me absolverá: “No existe ninguna razón para que haya hambre en Cuba.
Pero no, lo importante para el gobierno es perpetuarse en el poder, a como dé lugar.  Persiguiendo.  Difamando.  Reprimiendo.

Sólo un sistema que sabe que su hora final se aproxima es capaz de renunciar a un mínimo de ética en el enfrentamiento con sus críticos. Tal vez esto pueda explicar la cobarde actuación de estos enmascarados.