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6 de febrero de 2009

 

OPINIÓN DE LOS LECTORES
 

Evocación martiana con informe gubernamental 

Miguel Saludes  

MIAMI, Florida, febrero, ( www.cubanet.org ) -La celebración del natalicio del Apóstol José Martí fue el marco aprovechado por la cancillería cubana para informar sobre su presentación al examen del Consejo de Derechos Humanos. La exposición de Cuba forma parte de los mecanismos aceptados por el gobierno de la Isla para su admisión como miembro del renovado Consejo.  

El Canciller Felipe Pérez Roque, en conferencia de prensa convocada en La Habana, ponderó las virtudes de esta nueva estructura estableciendo un paralelo con la anterior relatoría, que durante años mantuvo infructuosamente bajo escrutinio y condena al régimen castrista. A diferencia de aquel mandato, el actual ha contado con los mejores deseos de colaboración por parte del gobierno cubano. Y como prueba Pérez Roque confirmó que para la próxima verificación sobre el estado de los derechos humanos en el país, más de 200 organizaciones no gubernamentales nacionales enviaron sus contribuciones a la oficina de la Alta Comisionada. Solo dos centenares de las más de 2000 ONGs registradas en el país. Así lo dijo el canciller cubano. Si se compara con las 150 agrupaciones de otras naciones que enviaron sus informes al organismo internacional, se tendría una falsa idea acerca del desarrollo alcanzado en la nación caribeña en este campo del activismo civilista.

La larga lista estará encabezada por los CDR, la FMC, la FEU, la UPC, y todas las organizaciones oficialistas ya conocidas. También aparecerán la UPEC, la UNEAC y el ICAIC. Por muchas siglas que se trate de recordar resulta imposible completar la cifra dada por el funcionario. Cuesta suponer cuantas organizaciones se han ido sumado al registro de asociaciones durante estos años. Posiblemente hasta comparsas como la tradicional Los Guaracheros de Regla figuren en el amplio grupo de cuatro dígitos. A mediado de los noventa conocí a una muchacha nicaragüense que presentó una carta firmada por varios residentes de ese país en la mayor de las Antillas. Con ello pretendían registrarse como una asociación independiente dentro de Cuba. La solicitud les fue denegada bajo el pretexto que de aprobarse la misma otras agrupaciones, indeseables para el gobierno, pudieran tomarlo como pretexto para reclamar el mismo derecho, con más razón por ser nacionales. El funcionario que la atendió se refirió directamente al Movimiento Cristiano Liberación que en dos ocasiones presentó igual solicitud, la última de ellas avalada por más de 240 firmas, una cantidad siete veces superior a la que pide la ley. 

Más allá de las ratificaciones de convenios y convenciones a los que Cuba ha firmado y está dispuesta a firmar, lo más interesante de la Conferencia del Canciller Pérez Roque vino con las preguntas de la prensa acreditada. Una de ellas giró en torno a la propuesta lanzada al aire por Raúl Castro sobre la posibilidad de un canje entre los espías presos en Estados Unidos y los disidentes y activistas de derechos humanos encarcelados desde el 2003. Sorpresivamente el Ministro no eludió la pregunta, respondiendo que la propuesta del gobernante sigue en pie. De esta manera quedó confirmado lo que desde un inicio se especulaba sobre la posibilidad de que la Primavera Negra tuviera entre sus objetivos asegurar un grupo de rehenes canjeables por los llamados Cinco prisioneros del Imperio. Siempre pensé que la cifra 75 no era pura casualidad.

Una maniobra falsa pero no exenta de malas intenciones. Es sabido que el presidente norteamericano no tiene potestad para tomar este tipo de decisiones. Mucho menos desde la lógica de cambiar presos convictos, dos de los cuales son ciudadanos norteamericanos, condenados por leyes de ese país, por presos de otra nación que sufren la condena impuesta mediante procesos injustos.  

Suponiendo que el canje ocurriera por una fuerza de razón humanitaria, su impacto sería muy diferente entre los beneficiados. Mientras los cinco condenados por espionaje, saldrían como héroes, sobre los más de cincuenta activistas cívicos cubanos quedaría gravitando el estigma con el que siempre ha querido mancillarlos su carcelero. El juego es claro. El gobierno de la Isla busca obtener una triple victoria. Traer de regreso a sus agentes, salir de los presos que se han convertido en un obstáculo para la imagen que ahora pretenden dar y de paso reforzar la idea enfatizada por Castro acerca de que los presos que él condenó de manera tan brutal, estaban al servicio de Estados Unidos. A los ojos de los defensores del castrismo solo un compromiso de esa índole justificaría el canje como solución del problema. Por ese camino rueda la madeja de la trampa.   

Otra pregunta interesante fue formulada por Andrea Rodríguez. La corresponsal de AP trajo a colación la ausencia de los grupos disidentes en la consulta presentada ante el Consejo de Derechos Humanos. El ministro respondió aplicando los mismos calificativos de costumbre, añadiendo ahora el de soplón. Los soplones son aquellas personas que revelan los secretos de una parte en favor de otra, lo cual no implica que el dato divulgado sea incierto. A pesar de la ofensa usada por el funcionario, al menos con ella no se infiere que los activistas de derechos humanos sean mentirosos. Si no les reconoce es porque asevera, ellos son “gubernamentales” al servicio de la contraparte norteamericana.  

Pérez Roque, con arrogancia propia de los que sirven al totalitarismo, obvia el papel gubernamental de las organizaciones avaladas por su gobierno ante Ginebra, las cuales omiten las irregularidades, injusticias y violaciones que en materia de derechos humanos se siguen cometiendo en Cuba. Habría que cuestionar la fidelidad de un reporte redactado por incondicionales, hecho a la medida del que les ordena y paga. Ese es el informe que será considerado ante el Mecanismo de Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

 

REVISTA CUBANET
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