Dictadores

Tania Díaz Castro 

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) – En Wikipedia, proyecto de la Fundación Wikipedia (organización sin ánimo de lucro) para construir una enciclopedia libre y políglota, a través de Internet, encontramos un artículo acompañado de una extensa lista de nombres, confeccionada por orden alfabético, que corresponden a 78 hombres que asumieron de forma absoluta el poder estatal. El primero de ellos es el nigeriano Sani Abacha y el último al argentino Roberto Eduardo Viola. 

Revisé cada una de sus biografías y no me sorprendió el resultado. De estos autócratas, más de la mitad fueron o son militares, cuatro abogados, un marino, un médico y el resto civiles o comunistas. Muchos llegaron al poder por medio de un golpe de estado, elegidos en votaciones populares o a consecuencia de conmociones sociales.

Estos hombres llamados fuertes, con un insaciable apego al poder, anulan o enmiendan la Constitución con el propósito de proclamarse presidentes vitalicios; organizan cuerpos policiales especiales para reprimir a los opositores, prohíben los partidos políticos, declaran ilegal toda actividad política no promovida por el gobierno, detienen a los disidentes y provocan miles de muertos, en su afán de mantenerse en el poder. 

Otro rasgo característico de la mayoría de estos dictadores es su apego a la guerra, lo que provoca un bajo nivel de producción industrial y un palpable deterioro económico, social y moral en sus respectivos países. Muchos de ellos   terminan sus vidas ajusticiados, asesinados o en el exilio, lo que recuerda algo que dijera Bertolt Brecht: “Los poderosos suben como los astros y como los astros vuelven a bajar”.  

Un descubrimiento realizado en 2005 por varios psicólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, bajo la dirección de Richard Ebstein, se publicó recientemente en la revista Genes, Brain and Behaviour, de ese país. Trata de un gen llamado AVRP1, que se encuentra en el ser humano pero que, según los resultados de la investigación, escasea entre los hombres con un fuerte don de mando, egoístas, autosuficientes y crueles. Y ponen como ejemplos a Sadam Husseín, Mobuto Sese y Teodoro Obiang, entre otros. 

Sin embargo, sobre esta investigación, Iñaqui Piñuel, destacado psicólogo español y autor del libro Mi jefe es un psicópata, que trata sobre la perversión del poder, considera que la personalidad de los dictadores no debe reducirse sólo a los genes, sino también a las experiencias adquiridas durante la infancia.