La decencia, por encima de las ideologías

Adrián Leiva  

MIAMI, Florida, enero, (www.cubanet.org) -Las ideologías son resultado del pensamiento social de los seres humanos y ninguna, que sea sana, puede situarse por encima o al margen de los valores morales esenciales que deben definir al individuo.  
Por ello, por encima de cualquier ideología, están valores mucho más absolutos, como la decencia y la honestidad. Estas cualidades imprimen en la persona que las posee un sello que la distingue, más allá de cualquier ideal político. 

El día que conocí a Oscar Mario González, supe que estaba frente a un hombre dotado de las mejores virtudes que todo ser social debe cultivar durante su paso por la vida. Han pasado ya varios años desde ese primer encuentro con el cual comenzó  una respetuosa amistad que se ha mantenido hasta el presente. 

Oscar Mario es uno de los cubanos que llevan sobre sus espaldas el dolor del fracaso de una revolución que nos prometió ser democrática y nacionalista, y terminó convirtiéndose en la dictadura más larga de la historia de América. 

Sufrió el rigor de la prisión en Cuba, como resultado de la imposición de una de esas ideologías que están al margen de la decencia y la honestidad, y que ha generado una sociedad donde se niega el ejercicio de la libertad humana. Quienes lo encarcelaron, quizás no conozcan la palabra honestidad, o posiblemente se engañen pensando que puede haber un tipo especial de “honestidad fidelista”. 

Recientemente, el dolor castigó el corazón de Oscar Mario. La pérdida física de su compañera Mirtha Wong, luego de veinticinco años de matrimonio, ha sido un duro golpe que la vida le ha propinado.

Pero no es éste el único dolor que pesa sobre su alma. El gobierno de Cuba se ensaña cruelmente con este hombre y le niega ahora el permiso de salida del país, para visitar a su hija que reside en Suecia.  
Es esta otra forma de tortura usada por los “compañeros” que practican esa ideología que no entiende de decencia, para castigar a un hombre decente por serlo y por defender pacíficamente la libertad. 

Paradójicamente, el mismo gobierno cubano se regocija al informar en su prensa que el año  pasado la cifra de turistas que visitaron Cuba se incrementó en relación a 2007. Dichosos esos turistas, que, como no son cubanos, pueden entrar y salir de sus respectivos países sin pedirle permiso a ningún gobierno.

También informa la prensa oficial cubana que para el próximo año los funcionarios del gobierno deberán reducir sus excesivos viajes al extranjero, en un cincuenta por ciento, para ahorrar el dinero del pueblo.