El sucre. Detalles que justifican los rumores 

Miguel Saludes 

MIAMI, Florida, diciembre, www.cubanet.org -El desmentido hecho por La Habana sobre la supuesta circulación de una moneda que eliminaría en cierta medida los vínculos con el dólar, pone en evidencia la preocupación que este rumor provocó en la Isla.  

Al parecer los comentarios fueron estimulados por el anuncio hecho durante la VII reunión del ALBA en la capital cubana, sobre la entrada en vigor del sucre, moneda virtual con la que los miembros de esta organización realizarán sus transacciones comerciales a partir de ahora. El diario Granma destacó con letras mayúsculas que el quinto aniversario de la asociación bolivariana sería festejado con un adiós al dólar. Esto contribuyó seguramente a darle mayor fundamento a la alarma generada. 

El subrayado de la noticia publicada en el órgano del Partido Comunista de Cuba, tiene que haber provocado gran sobresalto en una población que depende de alguna manera de las entradas de dinero norteamericano, sea por el flujo de remesas, visitas de familiares o un incipiente turismo, conformado mayoritariamente por emigrados de la Isla en Estados Unidos.  

Aunque Ernesto Medina, presidente del Banco Central de Cuba, aclaró que esta fórmula de intercambio comercial no busca afectar las entradas de divisa norteamericana, la declaración dejó abierto un paréntesis al indicar que la unidad de canje fungirá como moneda electrónica en una primera etapa. Los pasos consecutivos a esta fase inicial son los que deben fundamentar los temores acerca del proyecto cuya meta es eliminar la dependencia del dólar en la economía cubana.

Las razones se sustentan en la añoranza latente de los castristas por la época dorada donde corría el rublo soviético. Entonces el peso, como el resto de las monedas circulantes en los países agrupados en torno a Moscú, tenía valor. Cierto que esa valía no rebasaba las fronteras de los integrantes del CAME. En tanto que las divisas capitalistas, bien cotizada en el mercado negro de los países socialistas, no eran necesarias para los ciudadanos que vivían bajo ese sistema.  

El fin de la era soviética significó un cambio en la estrategia de la dictadura castrista, que tuvo que adaptarse a las nuevas condiciones. La despenalización del dólar posibilitó el oxígeno vital al paciente totalitario, a punto de fenecer. No obstante, la solución salvadora vino acompañada de peligrosos virus para la dictadura. Uno de ellos, tal vez el más temible, era el margen de independencia creado por la moneda del enemigo mayor que comenzó a circular libremente en el país.  

Es indudable que existe un deseo imperioso por recobrar esos tiempos pasados. La formación del ALBA apunta en sus intenciones a una estructura similar a la que arrastró en su caída el Muro de Berlín. La Venezuela chavista desempeñaría el rol jugado por la extinta Unión Soviética. El sucre sería el sustituto del rublo, mientras que el petróleo y otros recursos aportados por los nuevos aliados ideológicos darían respaldo a la unidad de intercambio. Las economías más débiles obtendrían el mayor beneficio.

Con la efectividad del plan el gobierno cubano vería recuperada la validez de la moneda nacional. Por ello ya se habla de un supuesto billete nombrado Mambí, que sacaría de juego al polémico CUC. El cambio de papel no hace la diferencia, pero se trata de cambiar la imagen. El dinero circulante adquiriría valor canjeable, avalado por el novedoso sucre y los recursos aportados por el círculo bolivariano. Claro que del plan al hecho quedan muchos trechos. Basta con ver la lista de los que integran hasta el momento la alianza liderada por Caracas. Surge la interrogante sobre el límite que podrá soportar el patrocinio de un proyecto que llevó a la bancarrota a una potencia mundial y sus aliados que contaban con economías en mejores condiciones que sus seguidores.  

Al gobierno cubano le importa ganar tiempo. Que el salario recobre sentido para los atribulados ciudadanos de la Isla, haciendo que la dependencia de estos quede sujeta nuevamente al trabajo asalariado o por cuenta propia, todo bajo el mismo control estatal. Ya se verá qué hacer con la divisa que entra por otras vías. Pero al final quien no justifique un recurso monetario respaldado por la aprobación oficial quedará sometido a los rigores de la ilegalidad.  

Hace poco se verificó una queja respecto a unas cuentas bloqueadas por el banco nacional de Cuba. Se trataba de un dinero enviado por amigos españoles a las Damas de Blanco. Loyda Valdés, esposa del preso de conciencia Alfredo Felipe, comunicó a los donantes que una modesta suma en euros enviada desde España fue retenida por la entidad bancaria de Artemisa, pretextando no tener autorización para hacer efectiva la transferencia a su destinatario. A pesar de las quejas y reclamaciones la negativa de pago fue reiterada. Actitud que se mantiene y parece ser determinante. Este detalle puede ser un atisbo de lo que se prevé implementar en los próximos pasos de la instauración del sucre.