Tres años de raulismo (Final)

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Desaparecen o están en  vías de desaparecer- para bien- concepciones y proyectos absurdos, como la Batalla de Ideas, el programa de “la escuela en el campo”, el igualitarismo practicado por decenios y  los gobiernos paralelos. La decisión de pagar a los trabajadores según el resultado de su  labor, el pluriempleo, las medidas para detener el deterioro de la educación, e incluso la entrega de tierras ociosas en usufructo podrían tener aspectos positivos, pero en el entorno económico en que se toman, con salarios insuficientes para vivir y pagados en una moneda que ni el Estado acepta en sus tiendas, se traducen en beneficios mínimos.

Particularmente en el caso de la tierra en usufructo, están presentes prohibiciones y controles estatales que en modo alguno garantizan la permanencia de los nuevos agricultores. Como resultado, el aumento de la producción no responderá a las necesidades de un país que  importa el 80,0% de los alimentos.

La situación actual es delicada, pues existen nuevas generaciones, llenas de insatisfacciones y sin compromiso alguno con el pasado iniciado en 1959. La población se encuentra desilusionada por cincuenta años de penurias, sin avizorar posibilidades de un futuro mejor. La desaparición del mito de Fidel Castro y el total descrédito de sus programas monumentales de desarrollo en línea con su delirio de grandeza, ocurre cuando la tradicional coartada del enemigo externo, los Estados Unidos, se desmorona por la popularidad del Presidente Obama entre la población  y la postura constructiva sostenida por su Administración.

El gobierno cubano afronta una coyuntura interna difícil, tanto económica como política, al extremo de no estar en condiciones de realizar el VI Congreso del Partido Comunista, anunciado para fines del presente año. El anterior se realizó  en 1997, y precisamente ahora sería el momento propicio para trazar definiciones y las líneas para enfrentar y salir de la crisis. En su lugar, el Presidente anunció la realización de una Conferencia, convocada por el Comité Central, para renovar ese órgano, el Secretariado y el Buró Político, sin que se haga un análisis participativo por la militancia y la población, imprescindible para detener el retroceso y echar a andar.