Juanes a la plaza

Luis Cino 

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Me han preguntado varias personas mi opinión sobre el concierto que proyecta ofrecer el cantante colombiano Juanes en la Plaza de la Revolución el próximo 20 de septiembre. En realidad, el asunto no me interesa demasiado.

Desde que no tuve la posibilidad de asistir a Woodstock o sus reediciones, no me seducen los conciertos multitudinarios. Menos aún si son en la Plaza de la Revolución. El lugar me da muy malas vibraciones. Además, no me gusta el pop latino. Desde ahora, y para evitar situaciones incómodas, advierto a los policías que “me atienden” que no pienso asistir al espectáculo, a menos que Juanes logre reclutar a los Rolling Stones. 

No puedo evitar asociar el anuncio de un concierto en la Plaza de la Revolución (por muy apolítico y por la paz que sea) con los años más oscuros del Período Especial. Por entonces, el líder de la Juventud Comunista, Robertico Robaina, antes de ser el primer canciller defenestrado, se disfrazaba con blazer de salsero y trataba de potabilizar el discurso oficial para jóvenes “chusmisos” (mezcla de chusmas y sumisos) con orquestas de timba, cantautores de la Nueva Trova, cartelones y dicharachos. 

No hay que ser demasiado aprensivos. No creo que el concierto de Juanes se convierta en otro “acto de reafirmación revolucionaria” con amigotes “solidarios” del exterior. No parece ser el caso. Ni siquiera porque Amaury Pérez y Silvio Rodríguez (que ahora pretenden mostrarse abiertos y moderados) estén involucrados.  

Pero de cualquier forma, el régimen cubano le sacará provecho al concierto. Si al fin se da, enviará una señal de apertura que contribuirá a igualar a Cuba bajo el régimen de sucesión con el resto de los países de Latinoamérica. 

 Además, un poco de circo para el pueblo no viene nada mal en tiempos de crisis. Cualquier problemita que surja durante el espectáculo se puede solucionar con bastantes policías y la transmisión televisiva diferida, previa edición.   

Si no se da el concierto, el régimen se hará la víctima (por ellos no quedó) y echará la culpa una vez más  a “la intolerancia de la mafia anexionista de Miami”. Las pataletas contra Juanes por su intención de cantar en La Habana parecen ser desproporcionadas. En todo caso son inconvenientes. No sólo porque hablan mal del exilio cubano, sino porque ahora menos que nunca se le puede dar a la dictadura la oportunidad de hacerse la víctima entre los muros de la plaza sitiada. 

De cualquier modo, presiento que el concierto en la Plaza, por un motivo u otro, no se celebrará. Me da mala espina que en Cuba no se haya confirmado oficialmente que el concierto tendrá lugar en la sub-utilizada Plaza de la Revolución. 

Por lo pronto, a Juanes lo han dejado casi sólo con su proyecto. De las estrellas pop que se anunciaron inicialmente, sólo Miguel Bosé ha ratificado que participará. Olga Tañón da unos rodeos tan monumentales como sus curvas.  

No sé si la tenacidad del cantante colombiano sea capaz de vencer tantos obstáculos con tal de ofrecer un concierto por la paz en uno de los lugares más inapropiados del continente. Con todo lo que puedan objetar y precisamente por eso, ¿no sería más oportuno mudar el dichoso concierto para  Tegucigalpa o San Pedro Sula? Digo, como es un concierto por la paz…