En síntesis

Martha Beatriz Roque Cabello (I parte)

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - En los últimos días el gobierno cubano ha movido el aparato de dirección con un número de reuniones y también sus correspondientes discursos. Pero lo que llama la atención es que los asesores de Raúl Castro no son tan eficientes como los de su hermano, independientemente de que tampoco es comparable el nivel de inteligencia.

Durante su discurso mañanero del 26 de julio, en el que dijo: “Verán, si acaso, una sombra: ese soy yo”. Lo que hizo a algunos que estaba hablando en parábola para que la gente dedujera una verdad importante. 

Raúl Castro informó al pueblo que el 28 de julio era la reunión del Consejo de Ministros, y el 29 el Pleno del Comité Central del Partido. Sin embargo, la programación fue diferente; primero se reunió el Partido y después el Consejo de Ministros para darle el visto bueno a todo lo que se trató entre la jerarquía comunista. La prensa informó: “Se tomaron los acuerdos que instrumentan los lineamientos económicos generales aprobados por el VII Pleno”.

Entre Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura estaba la silla vacía del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), que no pudo asistir.

A pesar de que la reunión se realizó el 29 de julio, no fue hasta el viernes 31 que se informó con grandes titulares en la prensa. A nadie cogió de sorpresa la posposición del VI Congreso del PCC. Es imposible que Raúl asuma la dirección del Partido sin que su hermano haya muerto, y al parecer los cálculos le fallaron, el fantasma de las reflexiones se mantiene vivo.

El Partido –se dijo- no está preparado para el Congreso, y esto se debe analizar con la población, y realizarlo cuando este proceso haya terminado. Los partidarios del “diálogo” tienen un buen caldo de cultivo para comenzar a decir que Raúl va a conversar con el pueblo, pero sólo recibirán más de lo mismo, igual que cuando se sentaron a esperar por los cambios.

Se precisa definir la sociedad socialista a la que se aspira, el modelo económico que regirá, lo que incluye la unificación monetaria para suprimir la doble moneda y la eliminación de gratuidades, subsidios indebidos y el sistema de retribución salarial socialista.

Se convocará una conferencia nacional, fundamentalmente para elegir los nuevos organismos de dirección, el Comité Central, el Buró Político y el Secretariado, que son los responsables de continuar y culminar la preparación del Congreso. Esto no se había realizado con anterioridad y se va a organizar en un plazo relativamente breve. Hay que tomar en consideración, según se plantea, que este será el último Congreso en el que participará la dirección histórica de la revolución.