Con su música a otra parte
Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Dúos, tríos, cuartetos y orquestas han paseado la música cubana con éxito por la isla y el exterior. Hubo hace poco unos dúos muy temidos, nada musicales, que se extendieron por el país más rápido que el expreso París-Marsella.
Los dúos del Partido tuvieron como función fiscalizar, controlar e informar de las actividades económicas y políticas de cada centro laboral. Se dedicaron principalmente a descubrir y erradicar la corrupción, el amiguismo y los robos, y todos respondían al Partido Comunista.
La Constitución otorga al Partido la función rectora de la sociedad. Los miembros del dúo no permanecían todo el tiempo en la empresa y podían llegar de improviso. Quien primero los avistaba acercándose, en vez de gritar ¡Tierra!, ¡Tierra!, exclamaba a voz en cuello: ¡Dúo! ¡Dúo! Y ¡a correr! Se daban los últimos retoques a los informes para que los intrusos no detectaran los problemas y evitar que el centro cayera en desgracia, recibiendo una andanada de inspecciones que no eran del gusto de nadie, ni siquiera del dueto.
Estrella, empleada de un hotel de la capital, dijo a este reportero: "No eran malos. Estaban ahí porque los habían puesto. Casi todos eran jubilados. No querían verse envueltos en enredos ni buscarse enemistades. Pero no estábamos nunca seguros si escondían una carta de lealtad al Partido. No se esforzaban en escarbar en los problemas. Si afloraban, dúo y gerente echaban el asunto a las espaldas del embargo norteamericano. Pronto entraban en el “cubaneo".
Pedro Moreno, trabajador gastronómico, asegura: "Evitábamos choques. Una queja contra un trabajador podía acabar con el despido. Saludaban con respeto. A veces llegábamos a creer que se trataba de visita de cortesía, no de un fiscal. Estaban puntuales a la hora del almuerzo. Lo digo, fueron buenas personas".
El origen de los dúos se remontan a hace cinco años. Un día los que fueron a abastecer de combustible a sus vehículos, quedaron sorprendidos al ver que los servicentros habían sido tomados por asalto por los “trabajadores sociales”. Su presencia se debía a una orden del gobierno para frenar la corrupción y el robo. Los puestos de los empleados masivamente cesanteados habían sido ocupados por ellos. Esto duró solamente un tiempo y después no se habló más del asunto.
De los dúos tampoco se volvió a hablar. En realidad fueron un estorbo. Pasaron sin dejar rastro, lo mismo que una canción que estuvo de moda. Peña, empleado de un almacén de víveres de Guanabo, refiriéndose al desaparecido dúo, expresó: ¡Se fueron con su música a otra parte!
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