Acertada política
Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Omar tiene 23 años y un título de graduado de preuniversitario, pero no quiere trabajar. Pasa las mañanas sentado en el parque conversado con los amigos. Por las tardes, bien vestido, se toma unas cervezas en el bar de la esquina.
Su forma de vida llama la atención del presidente del Comité de Defensa de la Revolución y del jefe de sector de la policía. La trabajadora social visita semanalmente su casa proponiéndole trabajo, pero a él no le conviene ninguno.
Los encargados de prevención de su barrio insisten en ubicarlo en un puesto laboral. Lo único que aparece, según su calificación, es trabajo en construcción, agricultura y servicios comunales. El salario es de 375 pesos (aproximadamente 19 dólares). Mucho esfuerzo para tan poca paga. Como era de esperarse no aceptó las propuestas.
Omar recibe con frecuencia remesas del extranjero. Su padre vive en los Estados Unidos. Le envía 50 dólares mensuales. Aplicándole el descuento del 20 % se le queda en 40 CUC, unos mil pesos moneda nacional ¿Con esa entrada de dinero, qué sentido tiene trabajar por un salario mensual de 375 pesos?
Sin embargo, las autoridades lo amenazan con aplicarle la “ley del vago”. Podría cumplir hasta cuatro años de cárcel por peligrosidad pre delictiva. Una figura penal aplicada con frecuencia a todo el que persista en no vincularse laboralmente con el Estado.
Este es una de los problemas que se agravará cuando se hagan efectivas la eliminación de todas las restricciones impuestas a los cubanos residentes en Estados Unidos. ¿Qué pasara cuando miles de familia dentro de Cuba empiecen a recibir remesas sin restricciones?
Para Fidel Castro las medidas son insuficientes. A la par que desafía, siembra la duda entre sus escasos lectores acerca de la posibilidad de que el actual gobierno norteamericano elimine “el bloqueo genocida”. Pero sabemos que es de dientes para fuera. Las recientes medidas producirán un caos.
¿Qué argumento emplearán para obligar a trabajar a los familiares de más de dos millones de cubanos que residen en el extranjero? ¿Cuál será ahora el fundamento para sancionar a jóvenes que como Omar, reciben ayuda de sus parientes y se niegan a trabajar por un salario mísero?
Esperemos que como respuesta se elimine el odioso impuesto del 20%. Un robo descarado a los que con esfuerzo y sudor trabajan para ayudar a sus familias. Ellos no tienen por qué contribuir a la manutención de un Estado, que le confiscó todo cuando salieron del país.
Muy acertada la nueva política norteamericana hacia Cuba. El cambio, aunque a muchos no lo parezca, realmente beneficia a los cubanos y no al gobierno. La economía se beneficiará por una parte con la entrada de divisas. ¿Y la fuerza de trabajo necesaria para elevar la productividad, qué?
laritzadiversent@yahoo.es
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