La hora de los hornos
Frank Correa
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Con el descenso de Fidel Castro de Comandante en jefe a reflexionista, y la ascensión de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, comenzó una nueva etapa de la historia de Cuba.
Se impone, por parte de la disidencia, la revisión de causas y efectos, para estar a tono con los tiempos actuales. Echar mano a nuevas medidas organizativas para la lucha pacífica.
50 años le han servido para surgir. Alguna vez se recogerá la historia completa, hoy vivimos un capítulo intermedio sumamente importante, donde ocurre el quebranto del dictador cuando lo sorprende una enfermedad repentina que da al traste con su presencia absoluta. Su hermano menor, tras un acuerdo previo que databa de 1959, asume la conducción del país.
La oposición de este minuto en Cuba está encabezada por líderes históricos, economistas, politólogos que conocieron en 50 años todo tipo de penurias en las mazmorras, o en el aislamiento social, tiempo suficiente para formarse una idea de los pasos a seguir en busca del derrocamiento de la tiranía socialista y el inicio del proceso de cambio. Pero cargan un pesado lastre donde se incuban el cansancio, el fantasma del escepticismo, la decadencia propia de perder el rumbo. La acompaña en esta lucha un grupo disidente de última generación, con visión dinámica y desprejuiciada, que moderniza un tanto y agrega la diversidad, caldo de cultivo para la transparencia.
Es por eso que se exige la revisión. Algunos periodistas independientes, haciendo uso de su derecho a tomar partido en el tema, han vertido su opinión personal. Juan González Febles lo llama “armar el rompecabezas”. Luís Cino, al referirse al desajuste métrico que impera dentro del núcleo que enrumba en estos instantes a la oposición (nos referimos a la Agenda) fue más poético: “Tropezar de nuevo con la misma piedra”. Miguel Iturria Savon se detiene en una regla filosófica: “El poder de convocatoria de los líderes”, y toma respiro ante lo que él llama crecer.
Otros que no quieren tocar el tema, lo hacen de todas formas cuando comentan que la política debemos dejársela a los políticos, algo cierto como sentencia, aunque debería interesarnos soberanamente quiénes van a incidir en nuestros destinos cuando se vuelvan gobierno (por eso la palabra independientes).
En el diccionario también aparecen las palabras elección, libertad, pureza; están allí precisamente para conocerlas y utilizarlas. Revelan los significados de hechos concretos descubiertos y moldeados por el hombre en su andar milenario.
Hoy, nombres de opositores se barajan a la hora de la necesaria moderación, del arte de organizar y dirigir. Son ejemplos de la constancia en la lucha contra la dictadura, muestran la valentía y el decoro como atributos, el aval de entregar la vida a cambio del respeto a la dignidad, ya sea mediante decenas de años tras las rejas, en huelgas de hambre, o escribiendo tenazmente como albaceas de los derechos humanos y civiles.
Francisco Chaviano, un líder sin miedo, que no ha cejado al chantaje ni a ningún tipo de atropello, listo para asumir tareas mayores, crecido en las filas de la Unidad Liberal de la República de Cuba, a la luz de Héctor Palacios Ruiz, junto a Coco Fariñas, ejemplo de incólume postura; Gómez Manzano, estudioso de la lucha social; Bonne y Antúnez, pudieran ser algunas de las aristas del pentágono que constituye la secretaría pro tempore de cinco plazas que conforma el timón de la Agenda.
La Agenda para la Transición, hoy más que nunca, debe existir, y persistir. Sacudirse el polvo del camino, abrir las puertas a la diversidad, que es la transparencia que el pueblo cubano exige, y seguir adelante, arrastrando tras ella a toda la disidencia y a los que se sumarán por generación espontánea, esa ley que siempre se cumple en los procesos políticos cuando llega la hora de los hornos, y sólo se ha de ver la luz, como proclamara José Martí.
|