Estoy arrepentido
José Daniel Ferrer, prisionero de conciencia
PRISIÓN PROVINCIAL DE LAS TUNAS, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Veintiséis años de edad tenía cuando logré contactar con la oposición pacífica e incorporarme a sus filas. Hoy estoy arrepentido.
Veintiocho había cumplido cuando, junto a mi hermano Luis Enrique, coloqué en la fachada de nuestra vivienda carteles con frases prodemocráticas, por lo que nuestro hogar fue asaltado en varias ocasiones. Hoy estoy arrepentido.
En diciembre de 1999, junto a otros disidentes e integrantes de mi familia, protagonicé una protesta pacífica frente al tribunal del municipio Mella. Las fuerzas represivas arremetieron brutalmente contra nosotros. Hoy estoy arrepentido.
Durante la primera etapa de la campaña en favor del Proyecto Varela, junto a otros opositores, trabajaba hasta 20 horas. Fueron días de ardua labor y mucha represión contra nosotros. Hoy estoy arrepentido.
Cumplí 6 años en este mundo infernal de la prisión. Todo el tiempo lo he pasado bajo el régimen más severo que tiene el sistema penitenciario cubano. Sé muy bien hasta dónde pueden llegar el odio y la venganza de los tiranos y la maldad de sus verdugos. Sé muy bien lo que es sufrir y he presenciado muchísimos horrores, y hoy estoy arrepentido.
Estoy arrepentido de no haberme unido a la oposición pacífica organizada que lucha desinteresada por un futuro mejor para todos los cubanos diez años antes de la fecha en que lo hice.
Estoy arrepentido de no haber puesto mayor cantidad de letreros con frases en favor de los derechos humanos y la democracia, y de no haber comenzado a hacerlo desde que tenía 18 años.
Estoy arrepentido de no haber protagonizado muchas más protestas públicas y en lugares de mayor importancia, contra los abusos de la dictadura castrista, y de no haber empezado a hacerlo una década antes de la fecha en que lo hice por primera vez.
Estoy arrepentido de no haber trabajado con mayor eficiencia en la campaña en favor de una iniciativa tan justa y necesaria como el Proyecto Varela.
Estoy arrepentido de no haber ingresado antes a prisión. Tardé mucho en conocer directamente y en sufrir en carne propia las torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes que ocurren en estos antros de terror; por no haber enfrentado mucho antes a la maldad donde más despiadada se muestra, y por no haber podido ayudar con anterioridad a otros a aliviar su dolor, allí donde tanto sufre el ser humano, y más cuando ha sido víctima de las arbitrariedades de un sistema judicial gravemente enfermo.
Y mi sincero arrepentimiento lo he convertido en una positiva fuerza que me anima, que me alienta a seguir adelante y a hacerlo con mucho amor, con la mayor entrega, buscando siempre la mayor efectividad sin violar principios éticos.
Mientras nuestra patria no sea verdaderamente libre; mientras no exista democracia en esta bella tierra que Dios nos regaló; mientras nuestro pueblo no disfrute de todos sus derechos, su humilde y fiel servidor estará luchando junto a los hermanos de la oposición pacífica con todas las fuerzas de su corazón. No quiero tener que arrepentirme mañana de lo que dejé de hacer hoy. |