Jalisco nunca pierde

Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) – La vivienda número 2410 de la Avenida 45 entre 24 y 26 en Cabañas, municipio Mariel, provincia Habana, fue construida en el siglo XIX. Su propietario inicial fue Andrés Laborie y Bocourt, bisabuelo materno de Ileana de los Ángeles Iglesias Nodarse, según consta en el manuscrito oficial fechado en 1881.

Ileana, técnica de farmacia jubilada y directora de la biblioteca independiente Simón Bolívar, ha residido en esta vivienda toda su vida: 58 años. Actualmente está pagando el precio del inmueble al gobierno “revolucionario” para validar el título de propiedad del bien patrimonial de su familia.

La imposibilidad de localizar las actas de defunción de los dueños originales, sus bisabuelos, Andrés Laborie y Margarita Cervera Franquet, le impidió adquirir el título de propiedad por la vía legal de declaratoria de heredero.

La presentación de algunos vecinos que testificaron que Ileana ha habitado desde su nacimiento la referida vivienda, y que ha sido siempre propiedad de su familia, fue necesaria para iniciar un proceso legal que duró varios años.

El fallo de dicho proceso obliga a pagar el costo de la vivienda patrimonio familiar, estimado en 3 mil 268 pesos moneda nacional por un período de diez años. También le fue expedido un título de supuesta propiedad que no le posibilita disponer de ella para la venta, modificaciones u otras elecciones personales.

Hace unos años, durante una visita oficial de funcionarios del museo municipal de Mariel a la vivienda, le comunicaron que la misma es patrimonio provincial y por ello no puede ser modificada. Aclararon que, a pesar de ello, no se contempla asignarle recursos para su mantenimiento y reparación.

Además de pagar por lo que siempre fue suyo, Ileana es impotente ante el deterioro creciente de la centenaria vivienda por no contar con los medios para  repararla y mantenerla.

Este es solo un botón de muestra de casos y cosas de casa que pasan en Cuba. Cobran por propiedades en las que no invirtieron ni un centavo, las utilizan en su vitrina de celosos veladores del patrimonio nacional y se lavan las manos ante el mantenimiento de las mismas.

Jalisco nunca pierde. Ni estos señores tampoco.