Pura vestimenta

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – A la hora prevista, y vestido de blanco, me encontraba en la Plaza para asistir al concierto Paz sin Frontera, organizado por Juanes.

Antes, en la parada del ómnibus P6, Calvario-Vedado, percibí que la movilización espontánea iba a estar acompañada de un gran despliegue policial. Doce agentes del orden público llegaron a bordo en un camión de la brigada anti mitones.

Con este contraste entre policías de azul y ciudadanos de blanco, vino a la mente aquel estribillo de los Van Van que dice: “Pura vestimenta que no significa nada”. Nada en cuanto al significado de paz, porque pensé que una vez en el concierto me encontraría esta escena multiplicada ciento de veces. Y así fue, policías por doquier en un país que presume de pacífico y tranquillo.  

En la puerta del estadio universitario estaba el puesto de mando de la policía,  cuatro camiones Zil 131 del ejército, y un jeep de la policía, encargados de trasladar las tropas antimotines hacia la Plaza en caso de disturbios.

No fue necesario, y tampoco paralizar el transporte público o convocar a las masas con pases de listas, como suele hacerse en las marchas y actos políticos convocados por el gobierno. Todo transcurrió como miel sobre hojuelas, salvo aislados disturbios y personas desmayadas debido al sol y el excesivo calor.  

Juanes supo que la movilización fue espontánea y que muchos en el interior del país hicieron de tripas corazón para asistir al concierto. Pero no se enteró que por orientación del gobierno, los estudiantes latinoamericanos de medicina que estudian en Cuba ocuparon las primeras filas y gritaron Fidel, Fidel, luego que Olga Tañón dijera que es tiempo de cambio.

Tampoco supo el intérprete colombiano, que clamó por la libertad de los presos en todo el mundo, de las advertencias a de 39 opositores y periodistas independientes, sólo porque querían asistir al concierto. 

Como espectáculo artístico, Paz sin fronteras cumplió las expectativas, tanto, que el director de la orquesta Los Van Van, Juan Formel, gritó: “El concierto se hizo, duélale a quien le duela, a 90 millas del enemigo”. 

Puede, como afirman muchos, que se haya abierto una puerta de esperanza. Pero no olvidemos que, a pesar del mensaje de reconciliación de Olga Tañón y la idea de Juanes de vestir ropa blanca, nuestra libertad tiene puesta hace cincuenta años una camisa negra de fuerza.