Morir por la patria
Frank Correa
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El opositor pacífico Héctor Palacios, fue empujado por el chofer de un viejo auto americano, en marcha, de los que en Cuba hacen funciones de taxis, conocidos como almendrones.
El hecho ocurrió la mañana del 9 de septiembre, cuando el presidente de Unidad Liberal de la República de Cuba, Héctor Palacios, y el periodista independiente Guillermo Fariñas, abordaron el vehículo en 23 y B, en el Vedado, que los conduciría a una de opositores en el municipio Playa.
Cuenta Fariñas que el auto era un Chevrolet de color blanco y verde del año 52 y venía vacío, algo realmente extraño para la hora y el céntrico lugar donde lo abordaron. Palacios, al subir al auto cerró la puerta delantera de una manera que desagradó al conductor, quien ofendió al opositor gritándole algunas palabras obscenas. Palacios le pidió disculpas y a la vez le exigió al chofer se excusase también por las ofensas proferidas contra su persona.
El chofer se negó a disculparse y, aprovechando un descuido de Palacios, con el vehículo en movimiento, abrió la puerta lo empujó al pavimento.
Fariñas discutió fuertemente con el taxista y lo acusó de intento de asesinato, sospechando de inmediato que se trataba de un acto orquestado por la policía política.
“Estábamos frente al cine Arenal, en la avenida 41, un sitio muy concurrido. Mucha gente vio lo sucedido y algunos acudieron a auxiliar a Palacios, cuando apareció de la nada un auto patrullero, al que nos subieron y fuimos conducidos a la 5ta estación, en calle 7ma. entre 62 y 64” –expresó Fariñas.
Los opositores observaron atónitos cómo en la unidad policial le devolvían los documentos al chofer del taxi y lo dejaban en libertad. Fue entonces cuando se produjo un altercado con los policías, pues los disidentes gritaron varias consignas antigubernamentales.
Aunque fueron amenazados con una paliza y el encierro, la llegada del teniente coronel Iván, sustituto del jefe del Departamento 21, conocido como de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva Enemiga, puso a salvo a los opositores. El oficial trató de explicar que lo ocurrido era un hecho casual, pero resultaba inexplicable la liberación del taxista.
Gisela Delgado, directora del Proyecto Bibliotecas Independientes, y esposa de Palacios, se presentó en el lugar para conocer la situación legal de su esposo y suministrarle los medicamentos de los cuales depende, ya que Palacios tiene instalados dos marcapasos y es hipertenso.
Palacios considera que el gobierno castrista está desesperado. “Este acto demuestra que la Seguridad del Estado tiene orden de liquidarnos, pero aquí estamos para morir por la patria” –afirmó.
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