Sin techo y robado

Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El 31 de agosto de 2008 el ciclón Gustav dañó parcialmente las viviendas de Cira Martínez y Olga Castanedo, y totalmente la de Clemente Martínez, residentes en la calle 8 del batey del antiguo central azucarero Augusto Cesar Sandino, en el municipio Mariel provincia Habana.

Los ocupantes de la vivienda de Clemente Martínez se encuentran, desde entonces, albergados en casa de sus parientes. Una de las hijas, Diasmin, de 24 años, fue operada de las dos caderas y se encuentra postrada desde entonces. La otra hija, Camila, de 16, es retrasada mental. El nieto Yasmani Roldán, de 7, es distrófico.

En mayo, durante una de las visitas que diariamente realiza Clemente a su casa, notó que faltaban la taza del baño, el lavamanos, los tomacorrientes y el cerrojo de la puerta. Notificó del hecho a la policía, y hasta el momento no se sabe nada de los autores del robo.

El señor Ángel, jefe de la unidad municipal de inversiones del Instituto de la Vivienda de Mariel, notificó a Clemente en abril que su caso no estaba incluido en el plan de venta de materiales a damnificados, y por ello debía solicitar su inclusión a Marcelino, jefe del Consejo Popular número 5, de Cabañas.

Clemente no se explica por qué no aparece en el plan pues, después de la pérdida del techo, su vivienda fue inspeccionada por el delegado del Poder Popular de su circunscripción.

Al plantear su caso a Marcelino, el funcionario le explico que el tipo de tejas de su techo ya no se fabrica y añadió, además, que podía ir a quejarse a donde quisiera, pero su caso no aparecía en el plan, y él no podía hacer nada.

Después de un año, lo único cierto es que sigue sin techo y los cacos le desmantelaron la casa. El Poder Popular se lava las manos, y Clemente, como tantos otros damnificados, se pregunta: ¿Y yo, qué hago?  

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