Dos héroes

José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El sábado 12 de septiembre, Cuba amaneció con la noticia del fallecimiento, la noche antes, del Héroe de la República, Juan Almeida Bosque. 

Los medios hablaron durante varios días del suceso y de los muchos méritos del occiso. El Estado decretó un día de duelo oficial  y habilitó el Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, y otros sitios en todas las capitales de provincia, para que, ante una gran foto del fallecido, el pueblo le rindiera tributo póstumo. 

Una de las virtudes más mencionadas de Almeida era su origen humilde: albañil. Algo de gran importancia  en una “revolución de los humildes, para los humildes y con los humildes”. Y en un Estado de obreros y campesinos que tiene su máxima representación en el Partido Comunista. 

El martes 15, en Santiago de Cuba, se llevó a efecto una masiva movilización para despedir las cenizas del Héroe, que fueron depositadas en el  cementerio donde están sepultados los integrantes del Tercer Frente Mario Muños Monroy, grupo guerrillero que Almeida Bosque dirigió en los tiempos de la insurrección armada que comandó Fidel Castro en la Sierra Maestra, durante dos años. 

Unos días antes, no se conoce la fecha exacta, de la muerte de Almeida, falleció otro Héroe, un Héroe del Trabajo. El semanario Trabajadores  dio la información el lunes 7 de septiembre. 

“Hace pocos días fue sepultado el Héroe del Trabajo de la República de Cuba José Ángel González Ibarra”. 

En su larga vida de trabajador azucarero –más de seis décadas- González Ibarra hizo cosas que pudieran parecer increíbles, desde instalar motores soviéticos de tanques de guerra en dos locomotoras, hasta sacarles el ventilador a las bobinas de los motores de tracción cuando iban a ser enrolladas”. 

Este Héroe residía en Santa Cruz del Sur, provincia Camagüey. Y aportó a la economía del país, a través de sus innovaciones y racionalizaciones, según lo informado, más de dos millones de pesos. 

El periódico publicó la nota informativa, que termina así: “Lleguen hasta sus familiares nuestras condolencias”. 

Es muy probable, dada la magnitud  de las ceremonias, que los dos millones de pesos aportados con dedicación e inventivas por este Héroe del Trabajo a la economía del país, no alcanzaron para sufragar los gastos de las honras fúnebres de Juan Almeida, héroe político. 

La Constitución Socialista de 1976 establece en su artículo 41 que: “Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes”.  Pero resulta de nuevo evidente, tal y como está anunciado en Rebelión en la granja, que existen, aunque se trate de héroes, unos más iguales que otros.