Aire para las bolas

José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Sabido es que en Cuba las noticias verdaderas no circulan sino entre bastidores, donde, si bien corremos el riesgo de recibirlas infladas, y aun tergiversadas, por lo menos resultan mucho más racionales que aquellos bodrios con que nos desinforman desde los medios oficiales de información.

Quizás por eso, cada día somos menos los que leemos el periódico y más los que nos subordinamos a las bolas, tratando de entrever el futuro incierto –o sea, el de mañana mismo al levantarnos-, y queriendo descubrir por qué lado de la culata se le irá el tiro esta vez a nuestros perfeccionadores de la dictadura.

Varias de las bolas que hoy son noticia se relacionan con la doble moneda y su posible eliminación, dicen que en breve.

Como en las películas con final abierto, aquí cada cual conjetura a gusto su propio desenlace, estimulado más por lo que desea, o por lo que teme, que por lo que conoce, y apremiado por el exceso de incertidumbre y por la falta de buen juicio con que el régimen ha venido agregándole pimienta al problema.

Ahora está sobre el tapete la reorganización de la compañía Palmares, rectora de una importante cadena nacional de restaurantes y cafeterías que, desde su creación, en los años 90, comercializa los servicios en divisas, pero que, según vox populi, se alista para un inminente traspaso al mercado en moneda nacional.  

De confirmarse en la práctica, esta medida parece ser otra señal de un plan presumiblemente diseñado para buscar el uso de una sola moneda en el país.

Por lo menos es lo que se está comentando en las calles, a la vez que vuelan interrogantes del tipo: ¿Y para qué serviría que podamos pagar con pesos en esos establecimientos si continuamos cobrando salarios que no nos permiten disfrutar de sus servicios? ¿Acaso nos ha beneficiado la apertura, en los últimos tiempos, de restaurantes que facturan en moneda nacional pero a precios igualmente inaccesibles, pues son ajustados a su equivalente en divisas?

En el mismo sentido se escuchan bolas referentes a la cadena hotelera Islazul, también, por lo que parece, en proceso de reordenamiento, sin que hayan trascendido oficialmente -como en el caso de Palmares- los detalles de la operación ni sus objetivos. De modo que la gente la tiene servida en bandeja para zumbarse a elucubrar sobre la marcha, según lo que cree adivinar, o lo que ve, o según lo que alguien dijo haber visto, o dijo que le dijeron. 

En cambio, no circulan noticias, ni reales ni inventadas (puesto que continuamos sin ver, ni oír, ni imaginar siquiera sus señales) sobre una recuperación en los índices de productividad y de eficiencia; es decir, sobre el mínimo avance económico que resulta imprescindible para intentar con responsabilidad la anulación de esa patochada que es el sistema de doble moneda. 

Así es que (supuestos o no) los tales traspasos de empresas del mercado en divisas para el de moneda nacional bien podrían resultar mucho menos prometedores de lo que anuncia Radio Bemba y, claro, de lo que calculan sus hacedores. 

En rigor, ni siquiera parece serio presentar estas operaciones como el inicio de un proceso, en el cual sólo cabrían como parte de la etapa conclusiva.