I ESPAÑOL I ENGLISH I CONTACTO I ¿QUIÉNES SOMOS? I NOTICIAS POR E-MAIL
 
 
__________________________________________________

El general Cardona

Luis Cino

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - En la guerra por producir “jama” para la dotación, antes que se produzca el próximo incidente desagradable con otro Pánfilo, los generales están a punto de conceder un nuevo ascenso. Esta vez, luego de los bueyes, la claria y el boniato, corresponde en el escalafón al cardón o la cardona, que no se sabe a ciencia cierta cómo se llama. No importa el nombre o apellido exacto de la planta espinosa de la familia de las euforbiáceas. Tampoco el género. Gracias a las oportunas enseñanzas de la princesa Mariela, a los generales, para su batalla campirana contra reloj por las viandas y frijoles, les pasa como a Camacho: les da lo mismo una hembra que un macho. 

Sesudos del Ministerio de Agricultura acaban de descubrir que debido al elevado costo de la tonelada de alambre de púas en el mercado mundial, no hay nada mejor para cercar los cultivos contra ladrones y animales que levantar  impenetrables muros de cardona. Adicionalmente, si la cosa se pone fea y las cárceles no dan abasto, los generales deben haber previsto la posibilidad de usar los muros vegetales, erizados de espinas y chorreantes de savia urticante, en sustitución de las alambradas para cuidar presos (muchos de ellos por robar comida).  

Los generales que trazan la estrategia del boniato, luego de inspeccionar una escuela de capacitación de bueyes en Villa Clara y un cementerio de tractores en Paso 7, dieron una vuelta por Holguín para indagar sobre la experiencia de los guajiros con las cercas de cardona. Y comprobaron que era bueno y decidieron que fuera así.  

Los servicios informativos de la TV Cubana  presentan reportajes donde aparecen guajiros entusiastas con los resultados de usar la cardona para cercar. Niegan la vieja superchería de que la cardona espanta la lluvia, y afirman que protege los suelos de la erosión y revelan los secretos para plantarla, y luego, cuando crece, hay que podarla a machete de acuerdo con las fases de la luna.

No sé si el entusiasmo se mantendrá cuando tengan que podar y no dispongan de guantes, botas o camisas de manga larga que contrarresten los pinchazos y las quemaduras de la leche que brota a raudales, cuando se cortan los troncos cuadrados del cardón. Eso si los jefes no han previsto también la posibilidad de usar presos para podar las cercas.

El caso es que pronto, entre los kilómetros de cercas de cardón, las miles de hectáreas cubiertas de marabú, aroma, guao y pica-pica, las hordas de mosquitos, santanillas y hormigas bravas y las maquinarias agrícolas rusas convertidas en chatarra y cubiertas por la maleza, no habrá quien dé un paso por los campos de Cuba.  

Debían pensarlo antes de seguir con los ascensos. Tal vez los jefes subestiman la amenaza golpista y no han reparado en el riesgo de que al General Marabú, al que no han podido vencer, se sume otro oficial potencialmente sedicioso, espinado, de mala leche y género más incierto que el de Caster Semenya: el General Cardona.   

 

 
Escriba una palabra clave o el tema
que desee buscar en las noticias o artículos publicados en Cubanet en español, inglés o francés
desde 1994 hasta 2009
 

___
 
___
 
___
 
___

 
http://www.cubanet.org/inicio_tienda.html ___

 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.