La revuelta de Varsovia

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Con el uniforme azul de becado y la algarabía pese a cualquier mal tiempo, los adolescentes se acercaron con sus padres y maletas al punto de partida, el parque Mariana Grajales, en el Vedado.

La propaganda oficial repitió hasta el cansancio que todas las condiciones para el curso escolar están garantizadas, las materiales y las pedagógicas. La todavía asustada ministra de Educación se pavonea por algunos territorios del país, más que el General ruso a las puertas de Varsovia, cuando los nazis la destruían y masacraban al ejército polaco, tras la revuelta de la ciudad.

Sin embargo, hace ocho días, cuando los adolescentes del preuniversitario en el campo, Héroes de Varsovia, entraron en su “nueva escuela”, la encontraron sucia y casi desmantelada. Las condiciones higiénicas en pésimo estado, el agua potable limitada, y la alimentación de mala calidad. Tampoco hay profesores suficientes para cubrir asignaturas como Física, Química y Matemática.

La primera visita de los padres al centro los escandalizó de tal manera, que el miércoles 2 de septiembre se fueron al despacho de la ministra, exigiendo explicaciones por las malas condiciones del lugar. Las quejas fueron atendidas por uno de los asesores, con el compromiso de tomar cartas en el asunto.

En horas de la tarde, el director de Héroes de Varsovia fue citado al municipio de Educación, en Güira de Melena, provincia Habana, para ponerlo al tanto de lo ocurrido en la mañana, y advertirle que pronto caerían sobre su cabeza relámpagos y truenos de la instancia superior.

El director se presentó el jueves temprano en la escuela para desafiar a los alumnos, cuyos padres, incapaces de comprender las dificultades por las que atraviesa el país, debido a la caída del socialismo, el bloqueo imperialista y la grave crisis mundial, además del cambio climático y el paso de los ciclones del año pasado, se fueron a criticar al aguerrido colectivo de compañeros, que, bajo su dirección, trataban de llevar adelante exitosamente el curso escolar, gracias a Fidel y Raúl.

A los adolescentes la perorata del director no les dijo ni les sirvió de nada, y siguieron conversando sobre temas más importantes. 

Por estos días, cuando el periodista Julio Acanda realizó un bonito reportaje televisivo sobre la resistencia polaca a la invasión nazi, por supuesto, sin mencionar la soviética, vienen al caso estos nuevos y tropicales héroes  de Varsovia, contra la desidia de los hermanos Castro, y el director de su escuela.