: Cuba: ¿Gracias de qué a Ana Belén ?
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¿Gracias  de qué a Ana Belén ?
¿Por qué son “grandes” esos cantantes españoles?

María Benjumea

SEVILLA, España, septiembre, www.cubanet.org -Con el respeto que me merecen  Oscar Espinosa Chepe, por estar en un tris de volver a la cárcel si sigue escribiendo lo que escribe, y su esposa Miriam Leyva por su ingrata lucha junto a las Damas de Blanco durante seis años, y por  su estupenda labor periodística,  muy crítica con el gobierno español, tengo que confesar que sus valoraciones de los cantantes españoles que apoyan el concierto de Juanes me producen asombro. Miriam los ha calificado “de gente de corazón e inteligencia” , en el Nuevo Herald,  y Óscar  en  “Gracias, Juanes”, en Cubanet, se refiere a Bosé como “otro grande de la música”, y a  Ana y Víctor como  grandes artistas “ a quienes los presos cubanos recordamos con gran cariño por la digna actitud  que asumieron durante la Primavera Negra”. 

Y todo ello en la patria de Celia Cruz, Benny Moré, Arturo Sandoval y cientos de enormes músicos.

De Bosé no añadiré más de lo que ya dije aquí hace poco, aunque podría ensañarme con sus canciones y sus declaraciones sobre la masacre de Las Torres Gemelas. De Víctor me gustan “El abuelo”, sobre su abuelo minero en Asturias, y “Sólo pienso en ti”, sobre dos minusválidos que se enamoran en un asilo. Son bonitas y sentidas.

Llevo viendo a  Ana Belén desde que las dos éramos muy jóvenes en el cine, la tele y las revistas, en muchas marchas y concentraciones, la he oído por la radio miles de veces. Nunca la han captado los fotógrafos sin maquillar, vestida de trapillo haciendo la compra o llevando a los niños al colegio, paseando por Madrid con un amigo (lleva 30 años con Víctor),  con o sin bikini en la playa, y mira que son infames y ubicuos los paparazzi españoles, que hasta las Infantas y Letizia se han enfadado con ellos. Jamás la he oído indignada con un periodista estúpido o malintencionado, y abundan.  Ana nunca se altera ni se descuida ante la Prensa. Ha conseguido hacer cientos de papeles en el cine poniendo la misma cara, siempre de mujer digna; los críticos sólo podían decir: “qué guapa y joven está  Ana, qué elegante y dramática su interpretación”.

“Ésta le tiene envidia”, pensarán algunos. Pues no, porque no me gustan las mujeres que quieren aparecer siempre perfectas, física y moralmente. Demuestran un narcisismo y una  arrogancia poco compatible con la amistad y el humor.

Tiene una buena voz, cierto, como la de Céline Dion cantando en “Titanic”: me deja helada, y  puedo llorar de emoción escuchando música. Es capaz de cantar “Son de negros” de Nicolás Guillén en  el mismo tono que el “Romancero gitano” de Lorca o la “Nana de la cebolla” de Miguel Hernández. Cada vez que oigo “La Puerta de Alcalá” o “Sólo le pido a Dios” (que el dolor, lo injusto, la guerra, el engaño y el futuro no me sean indiferentes) me acuerdo de las marchas y concentraciones en las que ha participado, y manifiestos que ha firmado: “Contra la intromisión del Vaticano”, obispos y cardenales en los derechos de la mujer y de los gays; “Por una escuela pública y laica”: contra las subvenciones públicas a los colegios religiosos; “Contra el machismo”: a favor de las mujeres maltratadas, apoyando la lucha de las mujeres marroquíes y saudíes por salir de la esclavitud (no por las iraníes, no ha habido marchas de españoles contra los dementes ayatolás); “Por la Paz”: contra las masacres de palestinos e iraquíes a manos de los ejércitos de Israel y de EEUU; “Contra la corrupción del PP” ( tan corrupto como el PSOE);  “Papeles para todos”: contra la expulsión de los inmigrantes irregulares, y otras causas justas, seguras y  políticamente correctas.

Le puedo asegurar,  Óscar, que jamás la he visto ni oído abominando de la Dictadura más larga del siglo XX, o apoyando la lucha de los demócratas cubanos, excepto con una modesta firma entre cientos  en aquella famosa carta.  Google me ha dado una sorpresa esta tarde: buscando Ana Belén- Cuba para descubrir por qué fue “digna” su actitud durante la Primavera Negra, me sale en la primera página una vieja crónica de 1992 sobre el rodaje en Cuba de la película “Tirano Banderas”, repuesta anoche en TVE: la crónica recoge la coincidencia del inicio del rodaje con unos fusilamientos de Castro y con la presentación en Uruguay de la película “La noche más larga”, donde actúa Ana, sobre las últimas ejecuciones del franquismo en 1975 a cinco presos acusados de ser de ETA . Preguntada en Uruguay por la similitud entre los fusilamientos ordenados por dos dictadores de parecida calaña,  Ana respondió: “no estoy de acuerdo con los fusilamientos”, pero   “no es lo mismo”: los fusilamientos en Cuba fueron “algo que responde a un momento coyuntural muy claro”. No creia que se debiera suspender el rodaje tras el crimen, ni que hubiera que dejar de visitar la Isla;  mencionó el boicot que Yves Montand, actor y cantante francés del PC, le había hecho a Franco, que tanto le había dolido a  Ana porque le habría gustado verlo en España.

¡Qué mezquino sacar a relucir unas declaraciones de 1992! No las habría sacado si hubiera encontrado otras lamentando cuánto se había equivocado ella con el régimen cubano, pero no las he encontrado porque nunca lo ha dicho. Es más, persiste en el error cuando se defiende de veladas acusaciones de complicidad con el régimen, en una entrevista en Colombia el 16 de agosto, explicando que”cuando hubo la última represión contra los intelectuales, hace 3 ó 4 años, firmamos una carta con un grupo de músicos, cineastas, y artistas en contra de esa represión y a favor de la libertad en la isla”. Juzguen Uds. lo que sabe y  lo que se ha vuelto a preocupar de cómo va el tema.

 Ana y Víctor tuvieron una “digna actitud” en 2003. Sí, fue decente por su parte poner su firma en aquella carta a favor de los presos, pero ¿tanto les costó?, ¿qué se jugaban? Una de las firmantes, Trinidad Jiménez, es ministra del actual gobierno de Zapatero. Fue un simple detalle de humanidad. ¿Por qué este agradecimiento desmesurado?. ¿Hicieron algo más por los presos que yo no sepa?, ¿denunciaron  la atrocidad a la Prensa?, ¿enviaron fondos?, ¿llamaron a sus esposas? Díganmelo.

Dignos considero yo que fueron las Dixie Chicks ante Bush,  Dylan y otros ante la guerra de Vietnam, Marlene Dietrich ante los nazis, Bogart ante los macartistas, y muchos músicos cubanos ante Castro.  Ana y Víctor fueron del PC, ya en democracia, cuando tenía el glamour de la resistencia antifranquista y la cultura republicana,  pero después se arrimaron a soles más cálidos, cuando los comunistas patrios perdieron millones de votos porque revelaron  su verdadera naturaleza de patanes, y a Víctor aún se le nota. No parecen haber leído a ninguno de los grandes escritores antiestalinistas: Albert Camus, Orwell, Arthur Koestler, Solzhenitzin , Havel, Kundera, ni a ningún cubano anticastrista.  A dos horas de avión de Madrid, en Praga, pasaba lo que pasaba: no parecían saberlo. “How many times can a man turn his head and pretend that he just doesn't see?”

Digna fue  la escritora americana  Dorothy Parker, alcoholizada y reina del ingenio neoyorkino en la Round Table del hotel Algonquín, cuando la enviaron a hacer un reportaje sobre los bombardeos de Valencia en el 37, durante un viaje a Europa.  En su cuento, “Soldiers of the Republic”, relata cómo se sentó a beber en una taberna con rústicos soldados españoles y la camaradería que halló: quiso pagar los vinos, pero comprobó que se le habían adelantado. Cuando volvió a  América, movilizó a Hollywood para recaudar fondos para los refugiados españoles, pero fue sospechosa de comunismo: era una “antifascista prematura”, término acuñado por su amiga Lillian Hellman, esposa del autor de novela negra  Dashiell Hammett, encarcelado por McCarthy.  El cuento de la Parker es un homenaje al pueblo llano español,  que la conmovió para siempre. Escribió además varias piezas, como “No Axe to Grind”(quizá “Sin rencor”) sobre los niños madrileños refugiados en Alicante que dibujaban horrores, y las paupérrimas madres que le daban a ella agua y  pan.  Dorothy dijo que aquí perdió el sentido del humor por primera vez en su vida.

No hay  un literato  español que haya retratado al pueblo cubano como Dorothy Parker retrató al español. Ni  Ana ni su marido han compuesto una canción de homenaje al sufrido pueblo de sus amores. Es generoso por parte de los presos agradecer el más mínimo apoyo de un español, porque están acostumbrados a que no los apoyemos apenas, como si Cuba fuera  Birmania o Sierra Leona. Pero  no se conformen con tan poco, queridos Óscar y Miriam.

 

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