: Cuba: Lograr la paz
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Lograr la paz

Adrián Leiva

MIAMI, Florida, septiembre, www.cubanet.org -Como disco rayado el tema del concierto de Juanés continua siendo el plato del día Miami.  Mientras la prensa internacional  cuestiona el debate sobre el tema, los medios locales en español léase en le sacan lasca al pastel. 

Estar a favor o no del concierto es un derecho individual, pero descalificar la iniciativa sin fundamentos lógicos pone en ridículo a la comunidad exiliada cubana ante la opinión internacional. 

Por otra parte, la prensa local relega a un plano secundario la opinión mayoritaria del pueblo cubano, dando una imagen distorsionada sobre la diversidad de opiniones sobre el asunto. Sólo una minoría no lo apoya. 

La llamada Plaza de la Revolución, cuyo verdadero nombre es Plaza Cívica José Martí, fue el lugar escogido por su Santidad Juan Pablo II para celebrar su histórica misa en La Habana.  ¿Se equivocó también el Vaticano, que atesora dos mil años de experiencia, al elegir ese lugar para tan importante evento?  ¿Por qué cuestionar entonces a Juanés y sus invitados, el haber elegido esa misma plaza? 

Todos los cubanos tenemos hambre y necesidad de paz; tanto interior como exterior. La conducta de algunos, dentro y fuera de Cuba, así lo demuestra. 

Reclamar la libertad nos corresponde a los cubanos; pero mejor sería hacerlo dentro de Cuba, que es donde hacen falta los patriotas. Me pregunto cuántos de los que desde Miami critican la iniciativa con distorsionados argumentos, eran entusiastas “compañeros” cuando vivían en de Cuba. 
 
La mayoría de los cubanos, y el mundo, ve a Silvio Rodríguez como artista y escucha su música; yo me cuento entre ellos.  Al descalificar a Juanes y a Silvio Rodríguez, como artistas, el exilio acepta  y asume la misma postura  venenosa de la dictadura, que descalifica a Willy Chirino, Celia Cruz y otros grandes artistas exiliados, declarándolos enemigos del pueblo. 

Lastimosamente los cubanos continuamos bailando al son de los descalificativos, en Miami como en la Habana. El fidelismo nos inoculó ese virus y otros, acá, se encargan de amplificarlo. 

Pensemos con luz larga y sentido común. Estimulemos a Juanes y sus compañeros a que lleven al sufrido pueblo cubano, además de música,  una mensaje de unidad y reconciliación y a que aboguen por la cancelación de la política migratoria cubana llamada “salida definitiva”, que no es más que el destierro, para los cubanos. 

Cuando todos los cubanos podamos entrar y salir libremente de nuestra Patria, se allanará el camino para la concordia nacional y el reencuentro de la familia cubana. Esa es la primera tarea para lograr la paz y es al gobierno cubano, único y exclusivo responsable por la existencia de esta inhumana medida, a quién le corresponde levantar las restricciones. 

 

 

 
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