Un asunto aparentemente olvidado

Leafar Pérez

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - En julio de 2008, durante la primera sesión de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional, Raúl Castro anunció el anteproyecto de la nueva Ley de Trabajo y Seguridad Social. Publicada unos días después por los medios oficiales, su contenido generó tanto malestar que las autoridades propusieron que antes de ser aprobada, su contenido fuera discutido en los centros laborales del país.

Las asambleas debían comenzar en el mes de septiembre para que el texto definitivo fuera aprobado en la próxima sesión del parlamento cubano en el mes de diciembre. Recuerdo que en la primera reunión, celebrada en Antillana de Acero, varios trabajadores se quejaron del alargamiento de la vida laboral. Sobre todo porque en esta fábrica las condiciones laborales (medios de trabajo, alimentos, transporte) son malas o inexistentes. Además, hay muchos trabajos que por sus características son muy duros, como los estibadores, las labores agrícolas o la construcción.

La respuesta ofrecida por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Alfredo Morales Cartaya es la que se va a tomar como sugerencia válida: no se deben tener en cuenta casos específicos porque entonces se complican las cosas; lo que hay que hacer es mejorar las condiciones de vida del trabajador.

En el municipio 10 de Octubre, al convocarse a los trabajadores del Sindicato de la Gastronomía y los Servicios, la discusión alcanzó ribetes más calientes, tanto que quien representó al gobierno acusó a los trabajadores de estar tocando temas políticos, con lo que puso fin a cualquier conato de rebeldía. La manipulación del miedo, esa tecla que el régimen tan bien ha sabido tocar a lo largo de casi medio siglo, surte efecto aún.

Lo que muchos trabajadores no entienden es que cómo si las autoridades criticaron duramente a otras naciones porque sus gobiernos elevaron la edad de retiro, repetían hasta la saciedad las noticias de las huelgas originadas en Francia por este motivo, ahora defiende el gobierno cubano los mismos argumentos y ponen como ejemplo a varios países a los que antes criticaron furibundamente.

La nueva ley no las tiene todas consigo, muchos de sus artículos han sido mirados con recelo y no se dude que el contenido de la misma será impopular.

Pero la ley será aprobada por unanimidad en diciembre, y se dirá que la misma cuenta con un amplio respaldo popular.