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24 de septiembre de 2008
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Marketing castrista

Leonel Alberto Pérez Belette 

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Desde hace días los cubanos están preocupados porque circula el rumor de que el gobierno podría incrementar los ya  inflados precios de los productos de la canasta básica. Se ha producido una fiebre de acaparamiento que ha dejado vacíos los anaqueles de los mercados donde se vende en moneda convertible.

Los comentarios de personas con estrecha relación gubernamental, aseguran que el litro de aceite de soya, que actualmente cuesta 2, 40 CUC, subirá a más de tres dólares, y la lata de cerveza nacional, actualmente en 1,15 CUC, se montaría en más de 2 CUC ; aproximadamente 2, 20 dólares al cambio actual.  Hasta el momento los aumentos no se han producido, pero lo habitual es que las autoridades impongan este tipo de medidas sin ningún tipo de anuncio previo; como ocurrió con el aumento del precio de los combustibles.

Los empleados de las tiendas dicen haber registrado un mayor volumen de venta en estos días; muy superior al que se produjo antes del paso de los huracanes. Algunos comentan que hasta mercancías de difícil salida han desaparecido de los anaqueles, dejando desabastecidos los locales. –La gente compra cualquier cosa y existe un estado de ansiedad nunca antes visto. Una vecina dijo a este reportero que no lograba encontrar ni siguiera perros calientes, o una lata de sardinas. Se refería a una marca de perros calientes de baja calidad, que por ser una de las más baratas fuentes de proteínas para la familia, tiene gran demanda.

Varios economistas me aseguraron que los ingresos provenientes de estas ventas pasan directamente a engrosar las arcas estatales, las cuales presuntamente deben tener un alto déficit de liquidez dada la acometida de diversos planes socio-políticos en la región. Arcas, que por demás deben afrontar un desembolso aún mayor, luego de que los recientes huracanes asolaran la Isla dejando un terrible panorama.

Por lo anterior, muchos cubanos dan por seguro que el Estado es quien está impulsando los rumores sobre el aumento de precios para que los ciudadanos inviertan sus escasos recursos en mercancía de mala calidad vendida a altos precios. Los rumores siempre han sido una excelente estrategia para crear falsas necesidades y aumentar el consumo.

En lo adelante, y para evitar una explosión social que podría acarrear desde un éxodo masivo a la repetición de incidentes de protesta como el “maleconazo” de 1994, el régimen de La Habana tendría que hacer un milagro para cubrir lo que no ha logrado hacer en su casi medio siglo de existencia.

El sector de la vivienda y la alimentación serán los retos más difíciles, debido a que eran los que presentaban más deterioro, y fueron los más dañados por los meteoros. Los frutos están en el suelo y aunque existe una cierta estabilidad en cuanto a productos del agro, no ajenos a la especulación de inescrupulosos revendedores impuestos por el mismo Estado, muchos se preguntan qué pasará dentro de dos o tres meses, ya que extensos cultivos como el plátano fueron arruinados, otros como la malanga se han malogrado y la incapacidad del sistema para producir suficientes alimentos, aún en condiciones normales, es reconocida hasta por las mismas autoridades. 

La mayoría parte de los cubanos subsistimos con los productos de la canasta básica adquiridos en CUC; ya sea en la red estatal de tiendas, o en el mercado negro, pues los productos racionados subsidiados, escasamente alcanzan para una semana.

El salario promedio mensual ronda entre los 15 y 20 CUC y el presupuesto familiar de la mayoría de los cubanos se completa con remesas enviadas por familiares que residen en el extranjero, trabajos particulares - generalmente ilícitos- y la sustracción de bienes al régimen.  

 

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