Romance ruso

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, setiembre (www.cubanet.org) - Alfia Sadikova fue su amor ruso. A principio de los noventa paseaban por la arbolada Quinta Avenida de Miramar o conversaban sentados en los bancos del parque de la calle 24, donde tímidamente le tomaba la mano mientras escuchaba sus melódicos cantos.

No fue un hecho extraordinario, muchos cubanos en esa poca amaron a algún originario de esas lejanas tierras. Durante casi treinta años, luego de 1959, la presencia de rusos en Cuba fue una constante. Venían a la isla como cooperantes o casados con cubanos que estudiaban por allá. Los primeros vivían en guetos amurallados, mientras los segundos habitaban cualquier solar de vecino. De esa mezcla de guarapo y vodka nacieron miles de cubanos.

Las relaciones políticas entre los estados cubano y ruso parecen volver a la tierna época en que el comandante ofrecía ansioso sus fósforos para que un funcionario soviético encendiera su cigarro, ante las cámaras, durante una visita de máximo nivel en 1972. La rápida llegada de cuatro aviones pesados IL 76 con ayuda de emergencia para los damnificados del huracán Gustav puede ser una señal.

El primer avión fue recibido por el General de División Ramón Pardo. Trajo, además de los suministros, a un grupo de expertos del Ministerio Federal de Emergencias y Catástrofes, que evaluarán los daños y las posibilidades de ayuda.

La reactivación de las relaciones ruso-cubanas tiene como telón de fondo el apoyo incondicional de Raúl Castro a la invasión rusa a Georgia, la visita previa de altos dignatarios del Kremlin a la isla, las especulaciones del diario Izvestia sobre las intenciones de usar a Cuba como base logística de los bombarderos estratégicos y la posible visita, luego de muchos años, de los buques de la armada rusa.

No se desdeña la filiación pro rusa del presidente cubano desde sus años mozos, cuando la Unión Soviética era la mayor potencia totalitaria. Recordemos que la mayoría de los generales criollos estudiaron en las escuelas militares del imperio eslavo.

La Habana ha hecho pública su alegría y apoyo al resurgimiento del imperialismo ruso y al retorno del mundo bipolar. Es una apuesta por su protector durante la guerra fría.

Todo parece indicar que el gran perdedor de este romance es el presidente venezolano, a quien los medios de información oficiales de la isla dejan en un segundo plano. En este momento de dolor y tensión por todo lo perdido, el pueblo cubano agradece la solidaridad venga de donde venga. Pero, no pierde la perspectiva de las monedas a pagar por esa colaboración.

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