4 de septiembre de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Viaje al abismo         
              
Jorge Olivera Castillo, Sindical Press 

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Parece que la ideología seguirá siendo el plato fuerte del poder en la isla. No es difícil adelantar pronósticos. Las noticias que llegan le ponen luz de neón y letra de molde a la incertidumbre. El salto hacia adelante que vaticinaba el “nuevo” equipo de gobierno no era más que un gesto para impresionar al público en las gradas.

Hubo quien pensó en un cambio de fondo y no de forma, pero esas expectativas se diluyeron en el inmovilismo. Todo continúa igual o quizás peor. Los retoques aperturistas se asemejan más a una broma de mal gusto que a una postura inscrita dentro de los parámetros de la decencia y la seriedad. Mientras a la economía se le siga mirando de soslayo y al poder con ojos de hambriento profesional, las soluciones serán como la espuma.

Sin el deseo ni la voluntad de destrabar los nudos de una crisis que madura al ritmo de la inacción y de otros elementos afines, habría que esperar la total desarticulación del país. Es insultante observar cómo se ha trazado un esquema sucesorio que ensaya y logra una continuidad adornada con prendas de hojalata exhibidas como joyas de altos quilates. ¿De qué otra manera ilustrar el hecho de que a los cubanos se les autorice el uso de la telefonía celular si el primer pago por el servicio sobrepasa los 120 dólares y el salario promedio apenas alcanza la sexta parte de tal cifra? ¿Cómo considerar el decreto que permite el alojamiento en un hotel cuando esto no va más allá del marco teórico avalado por la escala de precios a pagar en moneda dura y la obligación de sufragar el importe al contado? ¿Es serio que un horno de microonda y un reproductor en formato DVD sean presentados en calidad de baluartes de un cambio que dista de una estructuración concreta?  

Que existan reales o potenciales compradores de estos electrodomésticos nada dice sobre las posibilidades de una transformación que ordene y regule las fuerzas productivas, y que saque la eficiencia del baúl de los recuerdos. No obstante, se ha querido recrear el presunto cambio hacia un sistema más razonable con simples movimientos en la periferia.

Por más que me quieran convencer, la realidad es demasiado terca. Por el momento no es visible ni el dobladillo de la intención en formalizar un “descongelamiento” de la actual situación. El gobierno no da margen para ampliar el diapasón de las interpretaciones. Lo que sucede en las inmediaciones o en la distancia no le importa. A fin de cuentas su tranquilidad no peligra. Aún funcionan los disuasivos. Delatores a montones, policías eficientes, jueces y fiscales con ganas de ampliar su hoja de servicio, y cárceles siempre con espacio disponible.

Hace unos días nos enteramos que se acrecientan las tensiones financieras. Escasea el dinero para mantener el nivel de las importaciones y pagar las deudas con los acreedores. Todos los vaticinios culminan en la palabra accidente. Lo más trágico es que millones de cubanos vamos a bordo y sin poder abandonar el artefacto, derecho al abismo.

 

 

 

 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.