4 de septiembre de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

El museo del Louvre y Trasval

Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El museo del Louvre puede considerarse el mayor monumento al arte universal. Sin embargo, sus salones de culto a la espiritualidad y el conocimiento humanos resultan obsoletos en estos tiempos en que las corrientes del consumismo sacuden lo mismo a un neoyorquino que a un kuwaití.

Y en eso los cubanos no nos quedamos atrás. Saciados de una espiritualidad que cierra los bolsillos, pone a latir el corazón y aviva las angustias, el cubano prefiere, antes de pararse a contemplar la Flagelación, del catalán Huguet, caer sentado de nalgas frente a los precios de un televisor Panasonic.

Para ello se ha creado, sin distinción de raza, color, ideología o religión, un museo especializado en las corrientes consumistas en boga en el país: TRASVAL (Traslado y Seguridad de Valores).

Bajo el rótulo TRASVAL, la solución integral para su hogar, este monumento a la cultura consumista del cubano se levanta orgulloso en las calles Galiano y San Rafael, como un reto a la diversidad de opciones para mirar, lo que le confiere la calidad de museo.

Si bien sus salones no muestran como el Louvre El baño de Susana, de Tintoretto, nos pone ante los ojos y a precio para marajá La bañadera cubana, de estilo impresionante e importada al país desde la IMPUD de Villa Clara.

También si miles de asistentes no pueden dedicarse a contemplar la Estigmatización de San Francisco,  que bajo la firma del Giotto atesora el Louvre, un regodeo infructuoso los llena de sana pesadumbre ante La Extirpación de los bolsillos, representada en una cocina, un juego de cazuelas y un ventilador que comercializa TRASVAL

Y aunque tampoco nos podemos jactar de si nos importa ver una obra de tanta significación como La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, nos sentimos realizados cuando vemos en cualquier salón de la tienda TRASVAl una obra revolucionaria como El CUC (moneda cubana convertible) guiando el sueño.

 Además, en este recorrido nunca estamos solos, pues ni las cumbres del Grupo G-8, o las iberoamericanas tienen tanta seguridad como TRASVAL, donde para cada utensilio de la tienda existe un guardia acompañado de un soplón.

Eso sí, de no querer salir con las manos vacías, puede comprar un peine, un paquete de detergente y un llavero en Todo por un CUC; y de tener 14, hasta un sacacorchos si después desea emborrachar su felicidad.

Pero no se amilane, ahorre el salario de una década, venda la cama, el escaparate o cualquier cosa que valga mil pesos o más, y podrá obtener un producto en TRASVAL, la solución integral para su hogar.

 

 

 

 
 
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