3 de septiembre de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Ayuda urgente para damnificados  

Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Isla de la Juventud, la parte oriental de la provincia de Pinar del Río y la occidental de la provincia La Habana, por donde el huracán Gustav pasó con fuerza 4 el 30 de agosto, se encuentran devastadas y su población carece de los más elementales medios de subsistencia, como alimentos, agua potable, electricidad. 

Extraordinariamente crítica es la situación de Isla de la Juventud, donde el ciclón arrasó con  techos, puertas y ventanas de las casas y de los edificios más sólidos, y destruyó una gran cantidad de ellos, debido a los fuertes vientos y a la caída de árboles y otros objetos pesados. Miles de personas han quedado sin colchones, sábanas, toallas, ropa y calzado, combustible y alimentos para cocinar, y  techo para guarecerse de la lluvia.   

Los habitantes se ayudan con los escasos alimentos que pudieron  preservar, en un país donde están racionados o deben adquirirse en las tiendas de venta en divisas del gobierno a muy altos precios que gran parte de la población no puede pagar. Ni siquiera con dinero es posible comprar porque hasta esas tiendas están casi destruidas o fueron saqueadas. 

Clara Lourdes Prieto, hermana del prisionero de conciencia del Grupo de los 75, Fabio Prieto Llorente, narró las horas de terror que vivió en su apartamento del tercer piso de un edificio, que parecía bastante sólido, porque el ciclón arrancó puertas y ventanas y las ráfagas podían llevarse a todos, incluida su anciana y enferma madre, a la cual no es posible seguirle el tratamiento médico por la cantidad de lesionados que acuden al maltrecho hospital. Está lloviendo y las personas no tienen con qué guarecerse. En la ciudad hay que caminar sobre los escombros, árboles, postes de electricidad y teléfonos, barcos, autos y ómnibus destruidos. Manifestó que todos los ciudadanos requieren recibir ayuda con la mayor urgencia. 

También en Artemisa por donde atravesó el huracán entre Pinar del Río y La Habana, Loyda Valdés, esposa del prisionero de conciencia de los 75 Alfredo Felipe Fuente, se refirió a la fortaleza de los embates durante su paso y el deterioro de la ciudad carente de todos los servicios básicos y edificios destruidos, así como la imperiosa necesidad de ayudar al pueblo. Todas las personas con quienes se ha podido hablar exponen la crudeza de la situación. 

Ante la magnitud de la devastación se requiere la ayuda humanitaria urgente de gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, personas y todos los cubanos residentes en el exterior. El gobierno de Cuba siempre ha rechazado la asistencia privada o pública externa, pero no pueden atender las necesidades de la población que ha perdido todos sus recursos y propiedades, luego de grandes carencias debido a los años de crisis económica. Ante la actual catástrofe las autoridades no deberían seguir politizando el sufrimiento de los cubanos, sino demostrar su buena voluntad para mitigarlo con  humildad mediante la aceptación de ayuda internacional. 

 

 

 

 
 
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