1 de septiembre de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Los próximos socialismos

Luis Cino

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Desde las alturas, la élite geriátrica anuncia (cual si fuera el cuento de la buena pipa) sus intenciones de perfeccionar el socialismo que sobrevivió al que hablaba en ruso y llamaban “real”. Mientras, desde los sillones del Plan Pijama y en la disidencia interna, a mano izquierda según se va al cielo, ya proponen otro tipo de socialismo.  

Se trata de un avatar democrático del socialismo para cuando fracasen las reformas raulistas y el socialismo del siglo XXI que no se acaba de concretar en Caracas. 
Con tanta insistencia, están al convencernos de que para Cuba, en un mundo donde se agotan los alimentos, el combustible, el agua potable y la cordura, no hay más alternativa que el socialismo. 

Parece que después de todo, al menos en eso, tiene razón el compañero Fidel. Sólo que la isla no se hundirá en el mar ni habrá muerte en lugar del socialismo, como clamaba el Comandante. El socialismo, en cualquiera de sus variantes y enquistamientos, parece dispuesto a no darse por vencido y seguir entre nosotros como la maldición gitana de una película de Antonio Gades.  

El líder disidente de Arco Progresista, Manuel Cuesta Morúa pasará tanto trabajo como el economista y militante del PCC, Pedro Campos Santos y sus empijamados compañeros, para hacer entender a los cubanos la conveniencia de recrear el socialismo el día después del fracaso de pasado mañana. Tal empeño será un verdadero dolor de cabeza. Luego de medio siglo de desastre verde olivo, es difícil lograr que un cubano acepte oír “una muela socialista”.   

No obstante, si hablan de democracia y libertad individual en contraposición al centralismo partidista y la razón de Estado, el caldo (o la caldosa, ya no de cederistas, sino de los consejos obreros) no huele tan mal ni luce como un repugnante rancho  presidiario. 

Basta un poco de Marx. Nada de Lenin, sino de Bakunin y Proudhon. ¿Quién dijo que el anarco-sindicalismo pasó de moda? Las citas de Gramsci, Bobbio y Althuser son de buen gusto. Si los mandarines aconsejan sustituir importaciones, es el mejor momento para echar mano también de las ideas de Diego Vicente Tejera, el primer socialista que hubo en Cuba. 

El sensato y políticamente correcto nuevo socialismo underground cubano está consiguiendo lo que hace décadas no consigue el régimen retrógrado con sus tanques pensantes e intelectuales orgánicos: empatarse con los temas del discurso posmoderno de la nueva izquierda mundial. 

Por ahora, no hay planes preconcebidos para cambiar la sociedad. Proudhon lo desaprobaría. Basta con educar a las masas en un sentido ético súper desarrollado para que haya orden en la anarquía. Luego, las elecciones o la Asamblea del Poder Popular, reformulada y sin monitoreo del Partido Comunista.  

No importa las ansias por la sociedad de consumo que inoculó en las mentes la miseria literal del Período Especial. En el corazón de los cubanos, desde que cayó Machado, Batista era sargento-taquígrafo y Grau hizo el primer pollito en el balcón del Palacio Presidencial (al lado de Guiteras y en desafío a los yanquis), anidaba el gusanillo rosado y antiimperialista de la social democracia.  

Parece que ahora somos más izquierdistas que antes. Tenemos dos socialdemocracias en la disidencia interna, y la previsora Izquierda Pijama, antes que los comunistas lo pierdan todo, redactó un programa de 15 puntos para salvar algo del naufragio. ¡Y todavía dicen algunos que estamos curados del vicio del socialismo! 

 

 

 

 
 
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