Carlos y Felipe

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Ahora que Carlos Alonso Zaldívar concluye su trabajo en la Habana como Embajador del Reino de España, recuerdo una conversación informal que sostuvimos en los jardines de una casa privada, donde defendía, sin ser cuestionado, el realismo político de la diplomacia ibérica para con el problema de Cuba, luego de la asunción del último gobierno socialista.

Carlos, un demócrata de izquierda, asumió el  papel de divorciar al gobierno de España de las fuerzas democráticas cubanas, un año después de la Primavera Negra. Para ello tuvo que recurrir a más de un desplante o grosería contra los demócratas cubanos. Su estrategia de dialogar sólo con el gobierno le valió el rechazo de la mayoría de los líderes prodemocráticos que la catalogaban en mofa, como “monologo crítico”. 

Esa estrategia acaba de dar pequeños resultados con la visita del Canciller cubano, Felipe Pérez, a Europa, y debido al empeoramiento de la situación nacional, por el paso de los huracanes de septiembre y el desarrollo de la Operación Victoria, una razzia contra mercaderes y transportistas, que desabasteció definitivamente a los mercados agropecuarios.

Con esa agenda bajo el brazo Pérez Roque visitó Madrid y Paris. Con la soberbia propia de los irresponsables, el Canciller no logró que avanzaran las negociaciones y negó tajantemente la existencia de presos políticos en la isla y la posibilidad de buscar mecanismos que definan una apertura cívica y económica, aunque España se comprometió a condonarle la deuda multimillonaria, enviarle una ayuda para los damnificados de más de 24 millones de euros y hasta le recibió la invitación para que el Jefe de gobierno, José Luis Rodríguez, visite La Habana en 2009. 

En Paris, Felipe Pérez se reunió con los líderes de la troika de la Comunidad Europea, en un paso que formalizó el diálogo político entre las dos partes, como parte de la intención de la UE de abrir caminos prodemocráticos en la isla y con la condición de que si en el próximo año no se notaban avances en la defensa de los derechos humanos, se volvería al enfoque anterior a junio de 2008.

La posición de la política exterior del gobierno comunista se mantiene muy endeble en este tipo de conversaciones, entre otras cosas por el mantenimiento de los presos políticos y la renuencia a hacer públicos los Pactos sobre los Derechos Civiles y Políticos y  Económicos, Sociales y Culturales, algo que organizaciones prodemocráticas, como el Partido Liberal Nacional Cubano, piden.