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1 de octubre de 2008
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Varadero ya no es el mismo

Tania Díaz Castro  

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - No es cierto que Varadero, una de las playas más famosas del mundo, fuera un lugar sólo para privilegiados antes del triunfo del régimen castrista. Había lujosas residencias particulares, hoteles caros y baratos, y también muchísimas casas de huéspedes para familias de bajos recursos económicos. Los que pasamos de los sesenta años lo recordamos bien.  

En varias ocasiones, en la década del cincuenta me hospedé junto a mis padres en aquellas casas de huéspedes de Varadero, donde pasábamos el fin de semana.  
La última vez que disfruté de sus magníficas aguas azules y transparentes, de su fina, blanquísima e inigualable arena, de su belleza en general, fue junto a mis padres e hijos, en agosto de 1971, cuando, como periodista, pude alquilar durante quince días una pequeña casa, a pocos pasos del mar. 

Nunca más he vuelto a Varadero. Tal vez me muera sin volver a disfrutar de aquellas aguas, porque hoy Varadero sí es un lugar reservado para turistas extranjeros; para los miembros de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior; dirigentes políticos y ciertos trabajadores escogidos, como fiscales, periodistas destacados, directores de empresas, etc. Para éstos trabajadores ofrece el Estado, de forma gratuita –incluyendo almuerzo y comida-, aquellas residencias que fueron lujosas y que se mantienen en pie por puro milagro, llamadas hoy “casas de visita”. 

Varadero ya no es el mismo. No es para todos los cubanos. Me dice un amigo que lo visitó hace poco, que tiene hasta su paso de frontera. La policía  detiene a los extraños que se atreven a andar a pie por sus calles limpias y bien cuidadas, y sobre todo a los autos norteamericanos viejos con chapa particular. 

También me dice que sus arenas ya no son tan blancas como antaño. Es posible que esto sea cierto, si tenemos en cuenta que, como consecuencia del deterioro acumulado causa de la extracción indiscriminada de arena para un plan de construcciones que comenzó por los años sesenta, desde hace veinte años se ha vertido más de un millón de metros cúbicos de arena en forma artificial.  

En días recientes el régimen castrista, el verdadero propietario de este famoso balneario, decidió enfrentar una vez más la fuerte erosión que continúa sufriendo el litoral de esta legendaria península, y utilizará próximamente 600 mil metros cúbicos más de arena en siete kilómetros de playa. 

 

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Litografía. Quitrín, La Habana, Cuba, 1850
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