¿Alimento popular? 

Adrián Leiva 

María es una de esas personas que han tenido la dicha de llegar a los ochenta años con una salud física y mental aceptable. Además, mantiene un carácter jovial, siempre tiene una sonrisa en los labios y se mantiene activa realizando algunas tareas domésticas que su edad le permite todavía efectuar. 

Nació en la provincia Matanzas, y la mayor parte de su vida vivió en un  bohío; a pesar de los treinta años que lleva viviendo en La Habana, sus costumbres de mujer campesina no han cambiado. El ambiente que rodea a todo bohío es por lo general de animales domésticos, aves de corral que casi siempre merodean libremente por los alrededores de la casa, carneros, cerdos y ganado vacuno y equino que por lo general pastan a cierta distancia del entorno hogareño. 

La vida sana con el aire sin contaminación ambiental, es muy distinta a la de la capital. También los hábitos alimentarios de las zonas rurales son bien distintos a los de de la agitada vida en cualquier capital, donde la comida rápida o chatarra está cada vez más de moda. 

La sopa es una tradición de la cocina cubana. Su confección es sencilla y para muchos cubanos, sobre todo las personas de edad avanzada siempre fue algo de primer orden tomarse cada día un plato de sopa. La costumbre quizás se estableció por lo barata y fácil de hacer que siempre fue la sopa; lo que la convirtió en una comida ideal para familias pobres. 

Agua, fideos, cebolla, ajo, ají, tomate, algunos trozos de dos o tres viandas, como papas, malanga, calabaza, maíz y plátano, son por lo general los componentes clásicos de una sopa cubana, a lo que se agrega algún trozo de pollo, aunque existen sopas de otros tipos de carnes, pescados y mariscos. 

La sopa, otrora tradición familiar de la familia cubana, es hoy una suntuosidad para los cubanos. Los ingredientes para hacer una olla de sopa para una pequeña familia, pueden llegara a costar la quinta parte del salario de un mes de cualquier cubano. Lo que antes era una comida de pobres en Cuba, hoy es un lujo que pocos se pueden dar.

La vieja María extraña su bohío de madera en el campo, donde vivía rodeada de aves y animales que al menos le garantizaban la sopa del día y a su mente nostálgica viene una frase frase: barriga llena corazón contento.