23 de mayo de 2008       VOLVER AL INICIO
 
 

Disidente cubana bajo la lupa dentro y fuera de la isla

FRANCES ROBLES

Cuando Martha Beatriz Roque usa un café de internet, el gobierno cubano no solamente lee todas las misivas electrónicas de la disidente, sino que además escudriñan el teclado en busca de huellas digitales.

Tienen su teléfono interceptado y la filman caminando, protestando, haciendo sus compras y hasta tecleando. Luego lo enseñan todo en la televisión, como prueba de que la ex economista de 63 años está siendo pagada por los militantes de Miami y los diplomáticos de Washington.

"Esto es un novelón interminable que están enseñando episodio tras episodio'', declaró Roque por teléfono desde La Habana a The Miami Herald. "Hoy van a esneñar la segunda parte y a lo mejor mañana habrá una tercera. Yo diré lo que tengo que decir cuando se acabe el show''.

Roque fue profesora de la Universidad de La Habana y funcionaria del Ministerio de la Industria Azucarera de Cuba antes de unirse 18 años atrás al incipiente movimiento de oposición. Partidaria a voz en cuello de la democracia y presidenta de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, ha pasado en la cárcel cinco de sus 63 años.

Ella es uno de los disidentes cubanos más famosos y una favorita entre los grupos de exiliados de Miami. Pero sus estrechas relaciones tanto con Washington como con los grupos miamenses de línea dura no solamente han molestado al gobierno cubano, sino también a otros miembros de la oposición en La Habana. Se le considera una persona de línea dura que apoya abiertamente a George Bush y en una ocasión incluso "votó'' a su favor.

Después de casi dos décadas de pertenecer al movimiento disidente cubano, Roque se ha encontrado de nuevo blanco de los ataques del gobierno cubano, que está publicando copias de sus correos electrónicos y filmaciones de sus movimientos para mostrar que ella supuestamente recibió dinero de activistas anti-Castro vinculados al terrorismo, y que usó al principal representante diplomático de Washington en La Habana como "mula'' para que le llevara el dinero. Roque se encuentra todavía en libertad condicional por su última condena en el 2003, y esto podría lanzarla de nuevo tras las rejas hasta el final de los 18 años restantes de su sentencia.

Esta última campaña en su compra pone de manifiesto la vigilancia continua por parte del gobierno cubano de los "contrarrevolucionarios'' durante la administración del nuevo líder cubano Raúl Castro. Mientras que el gobierno de Cuba suaviza sus restricciones sobre mercancías tales como teléfonos celulares y computadoras, su cruzada pública en contra de Roque ilustra el hecho de que la postura intransigente del gobierno contra la oposición no ha cambiado.

"Marta es una mujer muy valiente que ha pasado mucho tiempo en la prisión'', dijo por teléfono desde La Habana el líder de los derechos humanos Elizardo Sánchez. ‘‘No creo que esto vaya a hacerla cambiar de opinión. Ellos tienen cientos de miles de filmaciones y grabaciones de ella y de mí. Ellos están grabando esta conversación en este momento, y mañana alguien va a transcribirla''.

Roque fue una de los seis hijos que tuvo una pareja de españoles oriundos de Islas Canarias. Su padre perdió su compañía de taxis cuando Fidel Castro tomó el poder, pero, a pesar de eso, Roque era una firme creyente en la Revolución, aun mientras sus hermanos se iban a Miami uno a uno.

"Yo creía en la Revolución, sí, sí, sí'', dijo ella. "Yo creí en todas sus mentiras''.

Ella afirmó que no fue un hecho aislado lo que le hizo unirse a la oposición.

"El proceso es largo y reflexivo'', expresó Roque. "Crea un vacío dentro de ti. Tú piensas en tu trabajo, tus aspiraciones, tu vida. Y entonces te das cuenta de que estás luchando por algo que no funciona. Eso es realmente decepcionante''.

Roque era la directora del Instituto Cubano de Economistas Independientes a mediados de la década de 1990 cuando ella y otros tres disidentes colaboraron en un panfleto llamado "La Patria es de todos''. Los cuatro fueron acusado de amenazar a inversionistas extranjeros, de mentir sobre el estado de la economía cubana y de conspirar para obstaculizar las elecciones locales.

En 1997, ella fue encarcelada y en 1999 sentenciada a tres años y medio en prisión. Fue puesta en libertad en el 200 luego de una huelga de hambre de 52 días.

"Ella vio cómo el gobierno mataba a la gente y no dejaba que los jóvenes fueran a la universidad. Todo eso la hizo cambiar y luchar por la nación'', opinó Nenita Roque, una de las tres hermanas de Roque que viven en Miami. "Ella no es una terrorista ni nada de eso. Ella es simplemente una persona que, con sus escritos y su palabra, ha luchado y continúa luchando para ver libre a Cuba''.

Ella recibe grandes elogios en los programas de radio de los exiliados cubanos conservadores, mientras que a otros disidentes que no apoyan la política de EEUU se les da de lado a veces. Ella habló por teléfono hace poco con Bush, y sorprendió a algunos cuando le pidió que suavizara las restricciones a los viajes a Cuba.

Durante la última década, Roque ha tenido relaciones cada vez más estrechas con la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, donde ella asiste a eventos especiales, usa la internet y da su opinión en la emisora de radio estadounidense Radio Martí. El antiguo director de Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, James Cason, celebró un evento especial en casa de ella en el 2003, y 75 disidentes fueron arrestados pocos días después.

Acusada de ser una "mercenaria'', Roque fue condenada a 20 años de cárcel. Ella fue una de las 14 personas que fueron dejadas en libertad un año y medio más tarde por razones médicas.

"¿Se acuerdan del ‘Beso de la Muerte?' '', comentó Domingo Amuchástegui, un ex oficial de la inteligencia cubana que desertó en 1994. "Para mí, todos los disidentes que se relacionan con la Oficina de Intereses y con los exiliados de Miami están perdiendo toda posibilidad de legitimidad''.

Amuchástegui dijo que Roque en particular siempre había sido polémica, antes a causa de su estilo duro, y ahora porque pone demasiado énfasis en lo que pasa en Miami y en Washington.

"Martha Beatriz fue una de las funcionarias más detestadas en el Ministerio de la Industria Azucarera por muchos, muchos años. Ella era una extremista'', afirmó. "Yo nunca la tomé en serio en los días en que ella era una comunista acérrima, y ahora tampoco la puedo tomar en serio. Yo no creo que ella sea una líder política de ningún tipo''.

Una encuesta del 2004 realizada por la Universidad de Miami entrevistó a 217 cubanos a los tres días de su llegada a los Estados Unidos. Solamente el 5 por ciento habían oído hablar de ella.

La única cobertura de prensa que el gobierno cubano le permite son reportajes de ‘‘desenmascaramiento'' que la muestran haciendo compras o supuestamente conspirando con diplomáticos estadounidenses.

"Los cubanos la ven como una representante de la política'', expresó Andy Gómez, miembro de la junta directiva del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami. "Lo último que un cubano quiere que le hablen es de política''.

Roque, añadió, es honorable y muy respetada en su círculo inmediato, pero tiene dificultades para promover sus ideas dentro del movimiento disidente. Como otros líderes opositores en La Habana y en Miami, ella se está volviendo irrelevante, dijo Gómez.

Nenita, la hermana de Roque, está tratando de convencerla para que salga de Cuba.

"Ella es una mujer muy inteligente cuyos principios son muy firmes'', dijo Nenita. ‘‘Es una pena que ella nunca se fue, porque ella era la intelectual de la familia. Cada vez que lloro por ella, mi hijo me dice: ‘Mami, no llores. Si tía quiere dar su vida por Cuba, ella la va a dar' ''.

"Pero yo no quiero que ella se convierta en una mártit'', añadió. "Yo le he suplicado muchas veces que se vaya, y ella no quiere hacerlo. Ella dice que el único que debería irse es Fidel Castro. Ella va a luchar hasta el final''.

 

 

 

 
 
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