23 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

Mayo Teatral en casa

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - La séptima edición de la Temporada de Teatro Latinoamericano y caribeño Mayo Teatral 2008, organizado por la Casa de las Américas de La Habana, ha expandido su cartelera a Pinar del Río, Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos, Santa Clara, Bayamo y Manzanillo; aunque los escenarios de la capital cubana fueron el centro de las representaciones, efectuadas entre el 9 y el 20 de mayo.

Por la diversidad de temas, géneros, estilos, agrupaciones y discursos distintivos, el evento constituyó una mirada escénica abarcadora de la región, e implicó un esfuerzo técnico-organizativo multinacional, que trajo a la isla a figuras como la mexicana Ofelia Medina, la colombiana Patricia Ariza, los ecuatorianos Arístides Vargas y Wilson Pico, el boricua Teófilo Torres y conjuntos emblemáticos como La Candelaria (Colombia), el Circo teatro Udi Grudi (Brasil), Malayerba (Ecuador) y la Máquina de Teatro (México).

La Máquina de Teatro sorprendió al público con Netzahualcóyotl. Evocación escénica de memoria y tiempo, presentado el 13 y 14 en el teatro Milanés de Pinar del Río, y los días 17 y 18 en el Hubert de Blanck. La obra deviene puente entre el México prehispánico y su contemporaneidad, pues en la historia del rey-poeta se entrelaza la fábula y lo divino con lo vivido, en un escenario vacío, donde las luces y los actores nos transportan al pasado desde el presente y nos hacen sentir como frágiles personas transitando por la historia.

Malayerba también demostró su excelencia teatral con La razón blindada y La muchacha de los libros usados, ambas del dramaturgo y actor Arístides Vargas, de quien se presentó uno de sus libros en el lobby del teatro Mella, donde apreciamos estas obras, escenificadas además en Bayamo y Manzanillo. La razón blindada explora la limitación como práctica artística y conmueve por el desenfado interpretativo, la economía gestual, la expresividad y la historia que retoma: el Quijote de Cervantes y el Sancho Panza de Kafka, pero al estilo de los presos políticos de la cárcel argentina de Rawson, los cuales actuaban entre si en torno a una mesa para aliviar el encierro y salvarse de la locura.

En La muchacha de los libros usados, Vargas utiliza el modelo panóptico del poder, junto a diálogos irracionales, ironías y elementos simbólicos que sostienen la historia de una joven vendida por su padre a un coronel que la traslada al cuartel, de donde  escapa y termina en un hospital, entre la rutina y la desesperanza que perpetúan el ambiente opresivo de su hogar.

Por su parte, el célebre coreógrafo, bailarín y director ecuatoriano Wilson Pico enseña su maestría en el espectáculo unipersonal Los materiales de la ira y el amor, en el cual reúne a La Beata, Mujer y Boca-ira, piezas suyas que colocan a las mujeres como centro de aprendizaje, encuentros y frustraciones en un entorno de crueldad, olvido y poesía.

Otros unipersonales excelentes estuvieron a cargo de la actriz mexicana Ofelia Medina, quien obsequió Íntimamente, Rosario de Chiapas, espectáculo poético-musical basado en un poemario de la escritora y feminista Rosario Castellanos. Mientras el actor, dramaturgo y profesor boricua Teófilo Torres derrochó histrionismo en sus soliloquios: Papo Quiala está quitao y A mis amigos de la locura, escenificados en el Museo de Bellas Artes.

En esa línea creativa brilló el actor, humorista y director escénico cubano Osvaldo Doismeadiós, quien revivió a cuatro de sus personajes en el monólogo Aquicualquier (a), donde enfrenta al espectador a una avalancha de ideas y asociaciones hilarantes de alto nivel reflexivo y desafiante sencillez humorística.    

En Mayo Teatral 2008, el Circo teatro Udi Grudi, de amplia pluralidad en la escena brasileña, atrapó a los espectadores cubanos por la combinación de sus técnicas circenses y de clown con el lenguaje teatral; línea sostenida desde 1982 junto al trabajo investigativo y la conversión de desechos en instrumentos musicales. Esto se refleja en O cano (los tubos) g en Ovo (huevo), cuya originalidad exaltan la capacidad de soñar y el sentido lúdico de la vida. Las mismas fueron aplaudidas en el Mella, en Cárdenas y en el Teatro Terry de Cienfuegos.

En la fiesta teatral de mayo, el grupo colombiano La Candelaria demostró la madurez estética de su propuesta. Fundado por la actriz Patricia Ariza y dirigido por Santiago García, promueve la creación colectiva y defiende la experimentación y el debate en el montaje escénico. En la sala Hubert de Blanck presentaron Antígona, escrita y dirigida por Patricia Ariza, quien reactualiza algunas lecturas del mito femenino de Sófocles y contextualiza otras realidades.  

De los anfitriones cubanos no hay nada nuevo. El Ciervo Encantado, Teatro de la Luna, Escambray, El Público y Danza Contemporánea de Cuba confirmaron la diversidad de la escena insular con una polifónica muestra de lenguajes, imaginarios y utopías, sin cuestionar los límites de la cultura oficial. Estos grupos alternaron con los invitados en las salas Adolfo Llauradó, Hubert de Blanck, Mella, García Lorca, Museo de Bellas Artes, Las Carolinas y Casa de las Américas.

Tal vez lo más novedoso sea Visiones de la cuabanosofía, obra compleja de Nilda Castillo, directora de El Ciervo Encantado, quien crea una especie de retablo de la pasión para dialogar con los íconos del país e interrogar el valor de algunos fragmentos de nuestra historia.

Mayo Teatral 2008 nos sumergió en otra dimensión de la realidad. Hubo homenajes, talleres, exposiciones, encuentros y ausencias. No se trata de un festival competitivo y continental –como el de cine-, pero sería bueno atraer a La Habana a creadores de Argentina, Chile, Perú, Venezuela o Centroamérica. De todas formas, vale.

 

 

 

 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.