Ridículo y cierto

José A. Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Desde hace casi un siglo, prácticamente desde los primeros años de la República, nosotros mismos decimos que los cubanos o no llegamos o nos pasamos. Pero ahora parece que también nos repetimos. O para decirlo en tiempos de modernidad, clonamos situaciones pasadas.

Hace más de cincuenta años general Batista dio un golpe de estado. Aunque  puso la vida constitucional de cabeza, argumentó que había tomado el poder para enderezar lo que estaba torcido en Cuba.

Eso dio pie a una rebelión armada que trajo al país terrorismo, asesinatos políticos, luto a la familia cubana y destrucción de parte de la infraestructura económica.

Entonces ese general –ahí dio muestra de originalidad- un 31 de diciembre se subió a un avión y se fue a vivir fuera de la isla.

Llegaron entonces al poder los jóvenes revolucionarios que habían prometido restaurar la Constitución mancillada por el general y poner en práctica una bella era democrática y de paz para todos los cubanos.

Hubo miles de fusilados, la economía colapsó, implantaron una  ideología extranjera, se creó un gran sepulcro en los mares que rodean al país, y la sociedad fue dañada sensiblemente en su centro fundamental: la familia.
Y cerca de dos millones imitaron al general y se fueron a residir fuera de Cuba. Aunque con la variante que estos se subieron a cualquier cosa no sólo en aviones.

Ahora tenemos a otro general en el poder. Tiene una letra menos en su apellido (Castro) que el de los años cincuenta (Batista). Este también dice, aunque de otra forma, que va a arreglar cosas.

Todo eso es tremendamente ridículo pero inquietantemente cierto. La incógnita es si arribamos ya al momento en que la historia se repite como comedia, o si sólo estamos en una variante nueva de la tragedia.