19 de mayo de 2008       VOLVER AL INICIO
 
 

RAUL RIVERO: Espejismos programados

By RAUL RIVERO

Madrid -- Un veranillo adelantado y un desconcierto general en el momento del cambio de estaciones en Europa han convertido a Bruselas en una ciudad calurosa. Sus habitantes y los turistas se ven obligados a pasar más tiempo en la Plaza Mayor y alrededor de los sitios abiertos donde están instalados joyas de la arquitectura y piezas escultóricas memorables.

En ese ámbito enojoso, el director para el Caribe de la Comisión Europea, Manuel López Blanco, otros funcionarios de esa institución y personas interesadas en los problemas de la lejana isla de Cuba están aferrados a la propuesta de que los gobiernos de la región estudien la posibilidad de eliminar las sanciones que la Unión Europea le impuso al régimen de La Habana en la primavera del 2003.

La oportunidad de producir ese giro con el gobierno de Raúl Castro se abre en el próximo mes de junio cuando la Unión Europea debe revisar su posición común.

El señor López Blanco, desde los ventanales ahora semiabiertos del edificio donde trabaja, puede apreciar un proceso aperturista en aquella nación caribeña. Se supone que, además, esa misma visión esté avalada por los informes que llegan de la oficina de la Unión Europea en la capital cubana y otras fuentes diplomáticas.

Ellos han visto claramente que los movimientos que se han producido en las estructuras del poder en Cuba ofrecen lo que ha llamado ``una ventana de oportunidad para el cambio''.

En este punto deben de influir, de forma decisiva, las impresiones de Louis Michel, comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria. Este señor, después de un viaje de 72 horas a La Habana, en marzo pasado, se mostró convencido de que ha llegado el momento de restablecer el diálogo porque percibió una buena atmósfera y muchos cambios en Cuba.

Michel no se entrevistó con ningún representante de la oposición pacífica interna. No tuvo siquiera un minuto para recibir a una comitiva de las Damas de Blanco, una agrupación que recibió en el 2007 el premio Sajarov del Parlamento Europeo.

López Blanco no les teme a las palabras y, después de pasarle la vista otra vez al dossier de prensa del viajero, considera que la venta de teléfonos móviles y la autorización a los cubanos a hospedarse en los hoteles del país representan otra ``ventana de oportunidades''.

Ventanas y cambios que se quedan en la letra muerta de los periódicos de ayer y en el aire raro de los despachos donde se describen realidades ajenas y difusas.

Aunque muchos cubanos de dentro y del exilio han expresado, con energía y conocimiento de causa, la verdad de lo pasa en Cuba, parece que ya esos augustos visionarios políticos pusieron en su GPS las líneas del camino y el destino final del desvío que termina, de espaldas a los demócratas, y sentados a la mesa de la dictadura.

No importan las imágenes de las Damas de Blanco arrastradas por la calle. No importan los presos políticos. No hay interés por aceptar que las medidas anunciadas son simples restituciones de derechos ciudadanos.

Quo Vadis, Cuba se llamaba la reunión convocada esta semana en Bruselas para debatir estos asuntos. La mayoría de las personas que nacieron en la isla quieren y necesitan que vaya, como debe ir, hacia la democracia.

Algunos de los cubanos que estuvieron en Bruselas, como había tanto calor, después de escuchar los argumentos de la Comisión Europea salían a refrescarse frente a la famosa estatua del Menneke Pis. Un niño que orina en una fuente y es el símbolo de los espíritus independientes.

 

 

 

 
 
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