15 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

Denigrar es un placer

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - El domingo 11 de mayo, Día de las Madres, los cubanos recibimos un regalo a domicilio: las imágenes del noticiero del sábado sobre una videoconferencia de algunos líderes prodemocráticos con George Bush, Presidente de los Estados Unidos, quien días atrás ratificó la política de su gobierno hacia la isla y calificó de vacías las reformas en Cuba.

¿Reformas en Cuba?, preguntaban algunos ante la descalificación de estas por el mandatario extranjero y el ataque audiovisual de los medios informativos insulares contra los opositores que se atrevieron a charlar con George Bush. 

Las declaraciones de Bush en Washington y su intercambio con un segmento de la oposición pacífica cubana ya no eran noticia, pero fue necesario unos días para preparar la campaña contra el gobernante de los Estados Unidos y denigrar a los demócratas que dialogaron con él en la sede diplomática de esa nación en La Habana.

El montaje del Noticiero Nacional de Televisión fue burdo y descalificador. El locutor habla de grupúsculos mercenarios, mientras la cámara enfoca unas manos contando un rollo de dólares. Aparece Martha Beatriz Roque Cabello, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, junto al socialdemócrata Vladimiro Roca, quien no asistió a la teleconferencia con Bush ni visita la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en nuestra capital.

No faltaron planos y encuadres de opositores reunidos en otros lugares. Hasta un chofer de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos figura en la guaracha fílmica bajando cajas de libros frente a la supuesta casa de Laura Pollán, vocera de las Damas de Blanco, reprimidas en la Plaza de la Revolución para impedirles entregar un documento en las oficinas del general Raúl Castro.

La televisión cubana hizo un paneo de los estudios de Radio Martí y reprodujo las declaraciones del célebre Antúnez  (Jorge Luis García Pérez), quien participó en la videoconferencia con Bush, junto a Martha Beatriz  y Berta Soler, esposa de un activista encarcelado. Antúnez solo expresó sus impresiones del encuentro y agradeció el estímulo del Presidente norteamericano, cuya nación es “la mejor aliada de los cubanos”.

La rabieta televisiva no es original. Asociar a los opositores con el enemigo y denigrarlos como “mercenarios del imperio” es una técnica vieja para encubrir la represión y santificar a los aventureros que gobiernan al país desde 1959.

Nuestros medios informativos reproducen el discurso del poder. Detrás de la soberbia, la distorsión y los arquetipos están presentando a la oposición. Reconocen su existencia pero la simplifican bajo el paraguas de la administración  norteamericana. Es una forma de ganar tiempo y evadir sus propuestas democratizadoras.

Los censores no excluyeron las palabras del Presidente Bush, quien aprecia a sus interlocutores como “los valientes de La Habana” que luchan por “cambios reales en Cuba”.

El fantasma del enemigo es poco creíble. Las personas carecen de otras fuentes informativas, pero no son tontas. Saben leer entre líneas y conocen que hay cosas en juego detrás del show mediático del diario Granma, el Noticiero, la Mesa Redonda y los espacios radiales encadenados a la infamia estatal.
Denigrar es un placer pero la vida no se reduce a los intereses de una élite burocrática ni a los comisarios del partido único. 

 

 

 

 
 
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