14 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

Delirium tremens

Frank Correa

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Hectico, uno de los más representativos personajes de Jaimanitas, es el recolector de basura de la playa Los Marinos.

Como todos los lunes, convertido en una  máquina de recogerlo todo, Hectico carga un saco de yute conteniendo todo tipo de latas, botellas que encallan en la orilla, y que luego él recicla para  sacarle unos pesos a la “pesca”.

Yo miraba el mar azul y leía un artículo sobre la desarticulación del Partido Pro Derechos Humanos en el año 1988. Un pedazo de  historia de la disidencia en Cuba, con entrevistas y acotaciones de varios escritores de la oposición, casi todos residentes en los Estados Unidos. Se me ocurrió la idea de escribir un libro, cuando Hectico me hizo una confidencia que me puso a pensar.

-Cuba ya tiene en sus manos las dos torres gemelas –dijo alzando los dos brazos. Escucha esto, tiene petróleo y refinerías, dinero. Ahora van a sembrar toda la tierra y la alimentación que en el mundo se está volviendo tan difícil aquí va a sobrar. Todo el mundo va a viajar.

No estaba borracho y su aspecto era digno. Vivía de un salario de 400 pesos al mes, algo así como 15 dólares, y la basura y el reciclaje lo metían en la pelea cotidiana.

-Va a instaurarse una sola moneda: el peso cubano. Equivalente al euro. Con 400 al mes seré el caso promedio del hombre nuevo. El verdadero logro de esta revolución socialista. Todo el que quiera va a poder viajar libremente. Ir y virar. Trabajar un poco allá y luego venir a gastarlo aquí. Ir allí –señaló el horizonte rumbo al norte- será como ir a un campismo. Cuando se canse uno de estar allí o caiga en un “slum” regresa a la casita, donde la medicina es gratis, el calor de la vida es profundo, las escuelas y las universidades sin pagar un quilo y la seguridad social segura; nuestros deportistas ganando casi todos los títulos y ustedes, los intelectuales disidentes van a incorporarse a la lucha por la construcción del país. 

Las palabras de aquel hombre me resultaron tan convincentes que vi muchas lanchas de recreo, feries con aire acondicionado y alta tecnología acercándose o alejándose de regreso a Florida, y sentí mi billetera con dinero para resolver los problemas de la vida, y hasta vi mis artículos publicados en un periódico que circulaba en el país. La experiencia acumulada luego de mucho tiempo inmerso en la realidad socialista, hizo que un cambio tan radical de perspectivas me pareciera un absurdo.

El recolector de basura de la playa Los Marinos me leyó los pensamientos, y con su convicción de que regresaba de una revelación, me dijo:

-Cuba será la Suiza del Caribe, tú lo verás. El mayor logro será que vamos a mantener el orden y la disciplina. Las lanchas  Griffit custodiando todo el perímetro, en cada esquina nuestros aguerridos agentes del orden interior y nosotros, todos, portándonos bien. Bajo esas condiciones ya no habrá razones para protestar.

 

 

 

 
 
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