Si de ofertas y rostros se trata

Alfredo Domínguez Batista (prisionero de conciencia)

PRISIÓN PROVINCIAL DE HOLGUÍN, Cuba (www.cubanet.org) - “Ofertas de dudosa procedencia” es el título de un artículo publicado recientemente en el periódico Granma,  en el cual muestran cinco personas con sus rostros tapados.

En Cuba, un enfoque semejante puede tener uno dos objetivos: hacer una crítica de los vendedores ambulantes; cuidar la imagen de algún individuo que por casualidad salió en la foto.

Para mí, se confundieron con la serie de béisbol y les pusieron caretas a todos los reporteros del gobierno.

La injusticia en las almas de los reos esclavos, por falta de identidad humana que los proteja en su fiel derecho, tiene más de un rostro.

¡Reporteros, visiten las cárceles, yo les puedo adelantar algo de lo que verán!

El chocolate del desayuno, un rato después de ser servido, tiene el rostro de un agua transparente cuando se le asienta el polvo oscuro.

Al aceite se le ve la cara brillosa al llegar a la cocina. Terminada la comida, o antes, no hay rostro ni brillo.

La leche transparente de la dieta sale unos días para no comprometer la contabilidad, su rostro se hace invisible durante otro largo período.

El agua se ve llegar por tuberías al destacamento, contaminada, produce diarreas y enfermedades en la piel.

Una visita ministerial al destacamento de los presos: primer rostro, el “reeducador” vestido de verde olivo, enseñando sus dientes como perro de pelea, para decirle al preso que en nada lo comprometa; el segundo, el mismo “reeducador”, pero junto a la visita, sudoroso y con aparente amabilidad, con sus ojos de halcón vigilante; vigilando cualquier falta del preso para atacar a tiempo.

Pero este drama trae un tercer rostro, el del visitante gubernamental: se le compara con un personaje de un programa humorístico de la televisión cubana, “Deja que yo te cuente”, Lindoro Incapaz, jefe de los talleres, que al final de cada visita dice:

-Los felicito presos. ¡Son un aguerrido y disciplinado destacamento!