5 de mayo de 2008       VOLVER AL INICIO
 
 

Voleibolista cubano llega a EEUU en busca de nuevo futuro

JORGE EBRO

Mucho antes de que el equipo cubano de voleibol viajara a Guatemala para realizar un entrenamiento, Guillermo Roberto Cabrera Pérez había descubierto que su futuro se hallaba en otra parte menos en la isla.

Para decirlo en términos de su deporte: no quería dejarse rematar por la vida.

El atleta de alto rendimiento tenía bien claro que no regresaría, pero si alguna duda le quedaba, la actuación despótica del jefe del conjunto, Orlando Samuells, terminó por borrársela.

''Samuells es una persona que se conduce como un tirano en su feudo'', expresó Cabrera, quien ya se encuentra en Estados Unidos junto a su familia. ``Nadie le soporta, trata a la gente sin respeto y eso no ayuda para nada al desarrollo del equipo''.

Ex director técnico de los conjuntos cubanos que brillaron entre lo mejor del voleibol mundial en la década de los 90, Samuells -que estuvo de entrenador en varios países- fue traído de vuelta a la selección nacional para tratar de levantar una disciplina en horas bajas.

Sistemáticamente, el voleibol se ha ido quedando sin varias de sus mejores figuras de las últimas promociones, que han decidido probar fortuna en los circuitos profesionales del mundo.

La primera clarinada se produjo en el 2001 cuando Leonel Marshall, Ihosvany Hernández, Ramón Gato, Angel Dennis, Jorge Luis Hernández y Yasser Romero se quedaron en un torneo amistoso en Bélgica.

Hoy se desempeñan en las ligas profesionales europeas, especialmente la italiana, junto a otros jugadores que llegaron después como Alexis Battle y Osvaldo Hernández.

El éxodo continuó y en el 2004 Yosleider Cala, Javier Brito y Maikel Salas escaparon del equipo nacional y un año después lo hizo Javier González.

A mediados del 2007 Yasser Portuondo y Raidel Poey abandonaron las filas de la selección en una gira realizada por Bulgaria.

''Ellos se fueron porque sabían que habían llegado a un muro al que no podían rebasar'', manifestó Cabrera. ``En Cuba estábamos al tanto de ellos, de sus éxitos. Por supuesto que yo también quiero seguir mi carrera en el ámbito profesional''.

Para Cabrera, el descenso de calidad no sólo se observa en el voleibol sino que alcanza a casi todas las áreas del deporte.

''Imagino que tiene que ver con el sistema [político]'', agregó. ``Hay descontento, decepción. Ya los equipos no se foguean como antes, no hay topes, se viaja menos. No soy el primero que se va, y mucho menos el último''.

Luego de un encontronazo con Samuells, Cabrera llegó a la frontera con México donde se entregó a las autoridades de inmigración, que le mantuvieron 30 días en un centro de detención en Chiapas.

Ante la posibilidad de una deportación a la isla, familiares de Cabrera pidieron al Movimiento Democracia que intercediera en busca de una solución que le permitiera al joven, de 20 años, regularizar su situación migratoria.

Proveniente del equipo nacional juvenil, Cabrera había sido promovido a la escuadra superior y se le consideraba una de las mayores promesas de la nueva generación de voleibolistas del país.

El habanero había participado en el campeonato mundial juvenil del 2007 en Marruecos y los Juegos del Alba del 2007 en Venezuela.

''Sé que nada será fácil y que tengo que trabajar muy duro para lograr mis sueños, pero este es el lugar ideal para hacerlo'', indicó Cabrera, quien vive con su hermana en Cape Coral. ``Siempre es mejor que uno tome sus decisiones antes de que otros lo hagan por uno''.

 

 

 

 

 
 
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