1 de mayo de 200       VOLVER AL INICIO
 
 

Elián o la tragedia simbólica

Armando Añel

Discovery en Español estrenó este domingo un interesante, y mayormente balanceado, documental: “La Historia de Elián”. En poco menos de una hora, el cortometraje escudriña la historia del niño balsero desde su aparición el Día de Acción de Gracias de 1999 hasta su regreso a Cuba, tras siete meses de batalla legal y política. Pero más allá de sus bondades, incluso de las interioridades que insinúa, la cinta pone indirectamente sobre el tapete la cuestión de la primacía contemporánea de lo simbólico y/o lo colectivo sobre lo individual, y como este fenómeno ha degradado a naciones enteras, para no hablar ya de individuos concretos.

Por ejemplo, un padre que se respete nunca hubiera permitido que alguien o algo –una política, o un colectivo, o una abstracción simbólica- le impidiera abrazar a su hijo –un niño, recuérdese, que acababa de perder a su madre en trágicas circunstancias-, como permitió Juan Miguel González que Fidel Castro hiciera durante varios meses. En momentos en que las corresponsalías de medio mundo revoloteaban en torno a él, contaba con mil y un canales para denunciar su retención en Cuba. A no ser, por supuesto, que a Juan Miguel González le interesara más “la lucha contra el imperialismo” o la casa nueva que la nomenklatura se aprestaba a proporcionarle, o le preocuparan más las represalias castristas o la ardua estadía que le esperaba en Miami, que el propio Elián. En cualquier caso, el documental da pie a una reflexión adicional.

Contemplar, con la sobriedad que otorga casi una década de distancia, las reacciones que en su día provocara el caso, constituye un baño de realidad. Esto en el sentido de que el observador agudo, y desprejuiciado, puede distinguir al cabo que ante sí no tiene un drama familiar únicamente, ni siquiera un enfrentamiento político, sino una circunstancia mucho más relevante y abarcadora: la tragedia del secuestro de toda una nación a manos de una simbología.

Es la lucha en torno a la simbología lo que impregna la historia de Elián, valga la redundancia, de un simbolismo por fin beneficioso, bueno para entender mejor una tragedia que dura ya medio siglo. Lo que en aquel momento desató la ira de los cubanos de ambas orillas –y hablamos, por supuesto, de aquellos cubanos que asumieron el episodio espontáneamente, sin segundas intenciones- fue precisamente la defensa o el deseo de apropiarse de un símbolo, básicamente el de la nación (o, para decirlo más ardientemente, el de la patria).

En el caso de los cubanos del exilio, Elián simbolizaba la nación ultrajada que, por una jugada de la providencia, finalmente se libraba de la camisa de fuerza del castrismo. Las circunstancias que rodearon la aparición del niño apuntaban a reforzar ese símbolo: el sacrificio de su madre, prófuga del totalitarismo; la imagen del pequeño flotando a la deriva, en dirección a tierras de libertad; el hecho de que no tuviera heridas de consideración luego de varios días en alta mar y la cuasi milagrosa intervención de Donato Dalrymple, que ni siquiera era un pescador profesional. Todo ello aderezado con especulaciones e imágenes –delfines, la Virgen María, etcétera- que también recurrían a lo simbólico como argumento disuasorio.

En el caso de los cubanos de la Isla, la lucha también se desarrolló en torno al altar del nacionalismo. Aquellos que espontáneamente pedían el regreso del niño a Cuba visualizaban un escenario en el que el poderoso vecino del norte ultrajaba a “la patria, la revolución y el socialismo”. La “mafia de Miami”, mano derecha del “Imperio”, revelaba una vez más su naturaleza entreguista e inhumana, negándole a un pobre niño huérfano, en su día “secuestrado” por su madre, la posibilidad de fundirse en un abrazo con su progenitor (Castro, no González, porque hay que recordar que a los ojos del nacionalismo revolucionario el hermano mayor es el padre de todas las cosas). La simbología patria al servicio de la coyuntura política, como lamentablemente suele suceder. Y no sólo entre cubanos. 

 

 

 

 
 
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