Crónicas          
28 de marzo de 2008

Prohibido jugar (II. Final)

Laritza  Diversent Cambara

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - En la sociedad cubana la apuesta es el trasfondo de cada juego. Detrás del fanatismo por el béisbol, en las improvisadas y callejeras peleas de perro, gallo, pececitos, hasta de tomeguines del pinar.

Me comento un ciudadano que le apasiona y asiste a las ilegales carreras de caballos y autos que se realizan en las  grandes avenidas de la ciudad  Los patrulleros permiten y protegen esas competencias  por una considerable suma de dinero (de 50 a 100 dólares)

Particularmente considero que el juego, aparte de la diversión y emotividad que reporta, puede convertirse en un mal que genera otros males sociales.  Por lo que necesariamente un buen gobierno debe tomar ciertas medidas que contrarresten sus efectos negativos y sancione el problema.

El juego ha afectado sobremanera las relaciones familiares. Ha ocasionado tanto daño como el alcoholismo. Ha provocado rupturas de matrimonios, incluso jugadores empedernidos no han soportado la presión psicológica y se han suicidado.

En los días finales del  pasado mes de febrero “el bolo”, un joven de 25 años, se suicidó. Su cuerpo apareció  colgado debajo de un tanque de agua elevado a 600 metros sobre el puente del Calvario, barrio donde residía. Dejó una cajetilla de cigarro y una botella de ron “planchao”. En su pecho un cartel con una nota que decía:  “Así terminan los jugadores”. 

“El bolo” no tenia problemas económicos. Su familia del norte le enviaba una remesa mensual. No obstante, dejo viuda y embarazada a su joven esposa y una carta pidiendo perdón a su madre.

Se especula acerca de los motivos reales que le llevaron a quitarse voluntariamente  la vida. Era un jugador empedernido. No apostaba por necesidad, pero siempre perdía.

Alguno de los que lo conocían  comentan que debía  alrededor de 12 mil dólares. Otros aseguran  que no debía nada. Todos coinciden en afirmar que se suicidó porque se consideraba un jugador incorregible.

 Era tanta su afición por el juego que la tarde  antes de morir apostó su vida. hizo una lista  con todos los números que en la charada representaban la muerte. Jugó la lotería y perdió. Frustrado y sin expectativas buscó refugio en la soledad. Se aisló del mundo  y acabó con su existencia.

Sirva su vida de ejemplo y advertencia  de las consecuencias funestas  del juego para una sociedad. Sirva también para llamar la atención acerca de otro fenómeno  social común entre nuestros ciudadanos: el suicidio.

Es difícil acceder a datos estadísticos  que nos aproximen  e informen  sobre qué por ciento  de la población  cubana  muere suicidada.

En un año 10 personas  se suicidaron en mi barrio y otras cuatro han atentado contra su vida. Hombres y mujeres entre los 23 y 45 años, uno de ellos un niño de11 años.

Los motivos por los que recurren al suicidio son diversos. Fútiles para alguno de nosotros. Uno de ellos  se quito la vida porque era la quinta vez  que le robaban la bicicleta.

Esto nos puede dar más o menos la idea de cuán agobiante e insoportable es el ambiente y las condiciones de vida de la población. No es tan sólo buscar alternativas y medios para subsistir. Es también escapar de la decadencia  y la pobreza, ya sea poniendo en riesgo la vida en el mar, o simplemente quitándonosla voluntariamente. Estos son tan sólo algunos de los problemas que agobian a la sociedad cubana

 


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