Crónica          
27 de marzo de 2008
La prensa castrista

Oscar Mario González                                                  

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - El pasado l8 de marzo y dentro del  marco del Día de la Prensa Cubana fueron galardonados, en acto solemne presidido por Ricardo Alarcón,  los periodistas ganadores de los premios Nacional José Martí y Juan Gualberto Gómez.
            
Dicen que el mono es tal aunque se vista de seda. Así pues en Cuba la prensa se reduce a un mero instrumento en manos del poder político aunque para enaltecerla y promocionarla se realicen  actos y se instituyan premios y galardones. Y sépase que tal afirmación no es de mi cosecha. Lo ha dicho la crema y nata del totalitarismo mundial y criollo desde Lenin hasta el mismísimo Comandante el Jefe.
            
Del libro “Acerca de la Prensa”, escrito por Lenin son estas palabras: “La prensa debe ser un instrumento de la construcción del socialismo”.
           
Pero el Comandante no le fue a la zaga al discípulo de Carlos Marx. De él son estas reflexiones desemejantes según pertenecieran al periodo anterior o posterior a la proclamación de su filiación  comunista.
          
Del primer periodo es la pronunciada el 10 de marzo de 1959 en la Asamblea de periodistas: “Un gobierno revolucionario necesita del periodismo, a una dictadura le estorba”. También dijo en la Plaza Cívica el 26 de julio de l959: ”Cuando un pueblo no tiene oportunidad de percatarse de una verdad, de recibir una información justa y correcta, y no recibe y no lee y no ve, ni oye decir otras cosas que informaciones falsas, esas circunstancias hacen que los pueblos sean de opiniones controladas”.
         
De la segunda etapa, es decir luego que confesara su oculta vocación marxista, son estas expresiones: ”Hay que tener siempre presente que antes que el periódico están los intereses de la Revolución. Primero la Revolución y después el periódico. Los intereses del periódico deben estar subordinados a los intereses de la Revolución”. Esto fue dicho en el homenaje al periódico Revolución el 25 de marzo de 1961, de cuyo discurso también son estas palabras:”Estando en manos de la Revolución todos los medios de divulgación de las ideas, podemos poner esa formidable fuerza al servicio de la formación de una fuente de conciencia revolucionaria en el pueblo, y no descuidar ese punto”.
         
Durante este casi medio siglo de obligado totalitarismo y específicamente durante sus últimos veinte años surgió en Cuba el único periodismo con carta de legitimidad: el periodismo independiente. A través de sus noticias, crónicas y reportajes puede perfilarse el rostro oculto del régimen cubano. En sus denuncias se refleja el lado verdadero del acontecer nacional que la prensa oficialista esconde, tergiversa y manipula, con el afán de ofrecer una realidad virtual distante de  la que realmente vive cada día el pueblo cubano.
         
Al precio de calumnias, amenazas, chantajes detenciones y encarcelamientos, los periodistas independientes han venido realizando un trabajo que por sus limitaciones sólo recoge un por ciento minoritario de las arbitrariedades, injusticias y limitaciones que sufre la sociedad, pero suficiente para mostrar la naturaleza y procedimientos del régimen.
         
La treintena de periodistas independientes que purgan largas condenas en las cárceles cubanas representan las mejores tradiciones de la prensa cubana; esa que, nacida en la manigua redentora, durante los tiempos del batistato, brindó su protección a aquella hornada de jóvenes que se presentaban como la salvación nacional divulgando su ideario de paz, progreso y libertad y que luego, fue estrangulada por las mismas manos que ayudó a levantar

Cuando se escriba la historia verdadera de estos años de angustia y falsedad habrá que recurrir a la prensa independiente para así poder explicar las razones que han hecho posible un mal de medio siglo. Mal que a todos sume en la desdicha pero ante al que todos inclinan la cerviz y a veces aplauden en la plaza pública.  

 

 
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