Crónica          
19 de marzo de 2008

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Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org)

Un artículo sobre un evento teatral en Miami provocó cierta repercusión en La Habana. Publicado el martes 26 de febrero pasado en El Nuevo Herald bajo el título “Un lago para conquistar

el público”, firmado por Orlando Taquechel, el artículo en cuestión nos informa sobre la acogida excelente del público al debut de jóvenes bailarines cubanos en la puesta en escena del Lago de los Cisnes en el teatro Jackie Gleason de Miami Beach por el Ballet Clásico Cubano de Miami. 

En especial, el debut de Hayna Gutiérrez, ex primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba,  Miguel Ángel Blanco y Taras Domitro, también destacada figura masculina del BNC,  con la compañía  Ballet Clásico Cubano de Miami dirigida por Pedro Pablo Peña  y Magalys  Suárez.

En el artículo, el crítico Taquechel otorga altos calificativos al desempeño artístico de Hayna Gutiérrez y Miguel A. Blanco, recién llegados a Florida. Ellos se unieron a la troupée de bailarines cubanos que integran ya compañías en diferentes países.

Toda la información anterior, unido al cumplimiento en fecha próxima del aniversario 60 del Ballet Nacional de Cuba, me hace recordar los orígenes de la práctica del arte del ballet en nuestro país y a una serie de personalidades, sociales unas y artísticas otras, que lo hicieron posible.

Por esto es necesario remontarnos al siglo pasado, al 30 de junio de 1931, fecha de fundación de la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro Arte Musical a instancias de la señora Natalia Aróstegui de Bolognini, primera escuela de su tipo en Cuba, en las Antillas y, posiblemente en la América Latina, si tenemos en cuenta el rango, la seriedad y la constancia artística de sus objetivos fundacionales.

El primer espectáculo que presentó esta escuela fue La Noche de Walpurgis, de Gounod, Rapsodia No. 2 de Listz y el gran Vals de la Bella Durmiente de Tchaikovsky, todo bajo la dirección del maestro Nicolás Yavorsky, el primer maestro profesional de ballet que se instaló en la isla, un 29 de diciembre del año 1931, en la escena del teatro Auditorium, perteneciente a la sociedad artística citada.

Al año siguiente, el 4 de diciembre, Yavorsky presentó en el mismo teatro el ballet La Bella del Bosque Durmiente en el que se destacaron, aún adolescentes casi niñas, Josefina de Cárdenas, Guillermina Evertz, Betty Hartmann, Leonor Albarrán y un nombre  que luego haría historia, Alicia Martínez, mundialmente conocida como Alicia Alonso.

El profesor Yavorsky continuó su tarea pedagógica hasta el año 1938. Mientras, presentaba ballets como El Circo, Danubio Azul, Claro de Luna, El Lago de los Cisnes, El príncipe Igor.

En junio del 39, el profesor George  Milenoff asumió la dirección de la escuela de ballet de Pro Arte hasta agosto del  1941, período en que se produce el estreno del primer ballet cubano Dioné, coreografiado por Milenoff, con música de Sánchez de Fuentes. Ese año se hizo cargo de la dirección el cubano Alberto Alonso, antiguo alumno de la escuela, quien, junto a  Alexandra Denísova (trabajó entre el 41 y el 44) elevó la enseñanza del ballet a un nivel profesional en la mencionada institución.

Alberto Alonso Rayneri, lamentablemente fallecido Florida en fecha reciente, era  hermano de Fernando Alonso, también destacado bailarín y luego profesor creador de la denominada Escuela Cubana de Ballet. A Alberto Alonso se le debe aún el homenaje justo; a quien creó un ballet como Carmen junto a otras piezas destacadas, como la película El Solar, con el Conjunto Experimental de Danza, y  la bailarina Sonia Calero en el papel principal.   

El papel desempeñado por la escuela de ballet de Pro Arte  se ve refrendado por la cantera de bailarines que integraron diferentes compañías de danza clásica de gran relieve.  En 1935, el propio Alberto Alonso integra el Ballet Ruso de Montecarlo del Coronel Basil; en 1937 Alicia y Fernando Alonso se incorporan al Ballet de Mijaíl Mordkin en New York; en 1941, Luis Trápaga se une al Ballet Ruso. Dulce Wohner y Enrique Martínez lo hacen en 1947 al Ballet Theatre y en 1948. Elena del Cueto, Silvia Mediavilla, Ada Zanetti, Leonela González y Magda González Mora al recién creado Ballet de Alicia Alonso.

Años más tarde, en 1959, Fernando y Alicia Alonso, con apoyo total del Estado cubano, crearon el Ballet Nacional de Cuba con el concurso de un grupo de bailarines cubanos salidos de la mencionada escuela de Alicia Alonso. 

Por todo lo anterior, el lector podrá darse cuenta cuál fue la fuente del surgimiento del arte del ballet en Cuba, cuánto ha contribuido la cantera de bailarines cubanos al desarrollo de este arte en varias compañías, cómo la actuación en compañías internacionales de bailarines formados en la isla ya es una tradición, y cuanto aportó la sugerencia de una dama de la sociedad cubana del siglo pasado a la cultura nacional.

Nota: Datos y fotos tomados de Veinticinco años de ballet en Pro Arte Musical por Pilar Gómez de Mestre, revista Pro Arte Musical/ febrero 1957.
 
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