Crónica          
13 de marzo de 2008

El año del muerto

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - El año en curso 2008, año bisiesto,
pinta mal. En realidad, se ha convertido en un año digno de respeto, no sólo porque el ocho es muerto en la charada china, sino porque en muy pocos días se han ido al otro mundo verdaderas celebridades de la cultura cubana e importantes voces del arte hispano. 
El primer día del año falleció en Miami una de las figuras más admiradas de la danza cubana, Alberto Alonso. Dos días más tarde lo siguió el novelista cubano Lisandro Otero, autor de numerosos libros y Premio Nacional de Literatura 2002.

Al finalizar la primera semana de enero muere Gladys Goizueta, una de las locutoras y animadoras más famosas de la radio y la televisión cubanas. A los pocos días, la destacada escritora de radionovelas, Iris Dávila, madre del vicepresidente cubano Carlos Lage.

A la señora Dávila la siguen el reconocido artista de la plástica en Cuba Antonio Canet, maestro del grabado, y dos importantes poetas líricos: el español Ángel González y el mexicano Andrés Henestrosa.

El 22 de enero desaparece físicamente el muy querido por los cubanos, actor de cine y televisión, Rubens de Falco, quien hiciera de villano en La esclava Isaura, una de las telenovelas de más audiencia en la isla, y días después el renombrado actor y director artístico Jesús Hernández, y el intelectual comunista chileno Volodia Teitelboim, biógrafo de Pablo Neruda y autor de importantes obras literarias.

Comienza el mes de febrero con la muerte de Tata Güines, quien convirtió la percusión en un gran arte y modernizó de tal forma la tumbadora, hasta convertirse en un gran maestro de los ritmos cubanos.

El 12 de febrero fallece en La Habana la viuda del escritor cubano Alejo Carpentier, señora Lilia Esteban Hierro y unos días antes dos importantes luchadores contra la tiranía de Fulgencio Batista, Margarita Perea Maza y Armando Lastra Ramos.

Una semana después muere en España el director de cine Octavio Cortázar, muy venerado por el público cubano, y a continuación el destacado actor cinematográfico Sergio Corrieri, famoso por la telenovela En silencio ha tenido que ser y los filmes El hombre de Maisinicú, Memorias del subdesarrollo y muchos otros. Corrieri abandonó el arte en 1989 para dedicarse a la política, algo que calificó como “Una pared que los artistas no pueden dejar de pintar”.

Llama la atención tantos personajes importantes muertos en lo poco que va de año. Por eso muchos se preguntan si será el más maléfico de los vividos últimamente. Si es así, los cubanos de la Isla estaremos transitando por una cuerda floja o en un gran cometa de papel, con la muerte revoloteando en su entorno.

 

 
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