Crónica          
12 de marzo de 2008

Documentos desclasificados

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Para que un hombre se sienta grande, no necesariamente tiene que medir más de seis pies. Con sólo ser dictador de un país basta. Dicen los psicólogos que esos hombres, desde que nacen se sienten importantes en la vida, que su mayor esfuerzo es precisamente ese: llegar a ser el hombre fuerte de su país.

Francisco Franco, dictador español por más de tres décadas, apoyado en la Iglesia y el ejército y empujado por sus ansias de grandeza, soñó con poseer armas nucleares.  Por estos días la prensa de ese país ibérico se refirió a documentos desclasificados de la CIA, fechados en mayo de 1974, donde se confirma el sueño de Franco de obtener la bomba atómica. Franco precisamente no había firmado en 1970 el Tratado de No Proliferación Nuclear por ser algo incompatible con sus planes secretos.

El señor Donato Fuejo, quien fuera presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, aceptó como ciertos dichos documentos. Explicó a la prensa madrileña que el franquismo, obsesionado por el desarrollo nuclear, pretendía convertir a la península ibérica en una potencia, a la altura de Francia y Reino Unido. Por último, exclama: “¡No sé qué habría pasado si sigue la dictadura!”.

Gracias a la democracia, España se libró de la bomba atómica. También Cuba se libró de los misiles de alcance medio con capacidad nuclear, en octubre de 1962. Como Franco, Fidel Castro también ha estado obsesionado con el desarrollo nuclear y pretendió fortificar militarmente la isla, como ningún otro país latinoamericano.

Especialistas en la materia califican la Crisis de Octubre como el episodio más peligroso para la humanidad. Documentos desclasificados recientemente nos dicen hoy que el 27 de octubre de 1962, frente a las costas cubanas, un destructor norteamericano lanzó cargas de profundidad que, de forma accidental, estallaron frente al casco de un submarino soviético, equipado con armamento nuclear.

Durante 13 días el presidente estadounidense John F. Kennedy y el soviético Niñita Khrushchev, a espaldas de Fidel Castro, trataron por todos los medios de evitar un enfrentamiento bélico de gran magnitud.

Aunque la democracia no se hizo presente en Cuba, como ocurrió por suerte con el franquismo, el régimen de la isla aceptó  deshacerse de una importante carga explosiva que, el tiempo lo ha demostrado, no le era necesaria. Aún así, nunca el castrismo podrá evadir la responsabilidad de haber convertido a nuestro pequeño y empobrecido país en el eje de un gravísimo conflicto nuclear, capaz de destruir el planeta.

 

 
..... Entrevistas Cubanet
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.