Crónica          
11 de marzo de 2008

Mariela saltó la verja

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Si Mariela Castro Espín, la hija del actual hombre fuerte de Cuba, saltó la verja, Alina Fernández, la hija de Fidel Castro, rompió el récord de salto de altura cuando se disfrazó de vampiresa para escapar de la isla por el aeropuerto internacional.

Me simpatizan las dos. No precisamente por los saltos que dieron, que simbolizan algo así como romper yugos, cadenas, o tabúes políticos, sino por la labor que realizan. Alina se ha destacado en el exilio, de forma honesta y sincera, por lograr la libertad de nuestro país y Mariela -no salgo de la sorpresa- por lograr la libertad individual bajo el régimen comunista que controla su papá. Algo realmente muy difícil.

Todavía recuerdo a un gran amigo mío que se vio precisado a entregar el carné del partido comunista, porque se reconcilió con su esposa después que ésta le había sido infiel. Un macho cubano practicante del marxismo-leninismo no podía, en Cuba, dejarse poner los cuernos.

Pero volvamos al caso. Mariela Castro Espín se ha convertido en una guerrillera a favor de los cubanos que quieren cambiar de sexo, con papeles y todo. Es por eso que no sólo los transexuales simpatizan con esta bonita muchacha madre de tres hijos y casada, que recibe a los periodistas en una oficina del Partido Comunista de su municipio con una sonrisa amplia y una gran foto de Ché Guevara a sus espaldas. 

Confiesa que nunca se sintió a gusto con la homofobia que se practicó oficialmente durante décadas en su país. Qué pena que aún no era una estudiante adulta por los años sesenta, cuando se crearon las Unidades Militares de Ayuda a la Producción, campos de concentración al estilo nazi, más conocidos por sus siglas UMAP, donde no sólo los homosexuales, también religiosos y disidentes, hacían trabajo forzado y eran tratados como animales, controlados  por las Fuerzas Armadas, cuyo jefe máximo, casualmente, era y es todavía el papá de Mariela.

Guardo una carta de uno de aquellos jefes militares de la UMAP donde me  reprocha que yo le hubiera escrito protestando por el trato inhumano que recibía un pintor amigo mío, llevado a la fuerza a la UMAP. Tampoco olvido que me cayó encima, por primera vez, hasta la policía secreta de Fidel Castro. Fue demasiado mi atrevimiento.

Mariela Castro Espín acepta que la persecución realizada contra los homosexuales -sobre todo los hombres- fue una violación de los Derechos Humanos. Vamos adelantando algo.

Esperemos que pronto otro hijo importante de Cuba, o la misma Mariela Castro, se decida y piense en otras violaciones tan graves como las que ella critica, como por ejemplo, la de pensar, escribir y actuar libremente en cuestiones de política. Ojala y defiendan a los hombres pacíficos que cumplen largas condenas en prisión sólo porque luchan a favor de una Cuba libre, donde la libertad individual sea completa. No a pedacitos, como quiere Mariela.

 

 
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