Crónica          
10 de marzo de 2008

Deshojando la margarita

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - En Cuba el júbilo está programado. Viene junto al desembarco de los avituallamientos que llegan a cuenta gotas a las dependencias del estado.

No hay error en la apreciación. Simplemente es un hecho con plena soberanía en barrios y provincias. ¿Acaso se puede digerir la miseria sin edulcorantes? ¿Hay algo mejor tras una sesión de latigazos que un cubo de agua fresca sobre las heridas?
    
Esa es la alternancia sobre la que el socialismo reposa como un Buda sobre los destinos de la isla. Todo está cronometrado para regular el movimiento de las depresiones y otras angustias que suelen habitar en la psiquis de una porción, no despreciable, de cubanos.
     
Una mínima ración de pescado que saca de las penumbras el almuerzo es un hecho significativo. El aviso de la irrupción de los 10 huevos per cápita en los departamentos afines por lo menos alcanza para una media sonrisa y un alborozo que viaja supersónicamente del estómago a las neuronas más inquietas del cerebro.
      
¿Cuántos núcleos familiares no se han sentido en la gloria delante de las 16 onzas de pollo que, con buena suerte, se reparten dos veces en el mes?
       
La libreta de “abastecimiento” es una especie de terapia menor para las penurias. No cura del todo, pero alivia, relaja y crea cierto sopor para mantenerse temporalmente, mientras dure la ración, en el borde del gozo.        

Este es uno de los procedimientos con los que el totalitarismo ha logrado consolidar su diseño de poder. Afinar los mecanismos de control social, es sin lugar a dudas uno de los logros de la implantación de este documento en los primeros años de la década del 60 del siglo XX. Otro de los fines se ajusta a la estructuración de un igualitarismo conforme a los basamentos marxistas-leninistas de homogenizar el nivel de vida. Todos pobres. Todos privados de la oportunidad de sacar provecho de la iniciativa personal en el ámbito económico. Todos dependientes del estado.

La historia ha ido restando eficiencia a este método de coerción. Las condiciones impuestas por la globalización rompen, paso a paso, los esquemas impuestos por dictadores y discípulos.
           
Las altas erogaciones en divisas para mantener las entregas, el estímulo a una burocracia que alcanza cifras impresionantes y el espacio ideal para que se continúe cebando la corrupción, constituyen tres puntos negativos que obligan a las autoridades a una valoración objetiva sobre el costo que representa un racionamiento que hoy  cumple, a duras penas, con las premisas sobre las cuales surgió.
           
No obstante su rol, en franco declive, todavía habrá quienes en la cúpula se opongan a su eliminación. No se debe olvidar que es parte de una política con un alto grado de  ideologización y aquí cuenta el simbolismo como elemento sustancial dentro de las élites más conservadoras de la nomenclatura.
            
Sin una visión integral en cuanto a reformas se refiere, la escasez mantendrá sus niveles críticos, y de tanto sacar de circulación el documento de marras es poco viable.
             
Gracias a tales distribuciones, modestas y de pésima calidad, muchos cubanos pueden evitar la desnutrición y aumentar los días de aseo.
              
No creo que las cosas cambien en breve. Al menos los jubilados, los enfermos y las personas que no reciben remesas de sus parientes radicados fuera de Cuba, representan tres sectores que se opondrán a los posibles intentos de eliminar la entrega de productos racionados.

Por estos días la dicha tocó a las puertas del vecindario. ¡Llegó el calamar! Fue un buen anuncio para teñir de regocijo las tragedias de cada día.  Sólo que la tinta no tiene fijador. Las 11 onzas del marisco de disuelven demasiado rápido entre los jugos gástricos y la materia gris. Después del último bocado vuelve la pregunta: ¿Llegará algo a la carnicería mañana?

 

 
..... Entrevistas Cubanet
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.