Los ojos pequeños

Alfredo Domínguez Batista

LEAD: No pude lograr un minuto de descanso, cuando vi el titular en Granma sobre Graciela Ramírez Cruz, coordinadora internacional por la libertad de los cinco agentes de Castro en cárceles de los Estados Unidos.

HOLGUÍN, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - No pude lograr un minuto de descanso, cuando vi el titular en Granma sobre Graciela Ramírez Cruz, coordinadora internacional por la libertad de los cinco agentes de Castro en cárceles de los Estados Unidos.

Señala el artículo: “Lo vi con toda su dignidad a cuestas”, refiriéndose la señora Graciela a la visita que le hizo a Gerardo Hernández Nordelo en la prisión Victorville, en California. 

El título me obliga a preguntarle a Graciela: ¿Por qué son tan pequeños sus ojos? En cárceles de Cuba hay presos políticos con verdadera dignidad. ¿Le cuesta trabajo a usted entender que la dignidad es el accionar humilde, honrado y puro, sin que le falte libertad?  La dignidad no se lleva a cuestas. No es una carga. Los presos políticos cubanos le atribuyen amor a la dignidad.

Aquí no hay casas cerca de la prisión que contengan o emanen sustancias toxicas, que pongan en peligro vidas humanas, como la extraña historia que usted cuenta de ese día 12 de enero en la cárcel Victorville. Pero, ¿sabe, señora Graciela, cuál es el tóxico aquí? El agua no potable. El alcantarillado en mal estado, que se tupe y desborda el excremento por el patio. El área de tomar sol y de hacer ejercicios. Las ratas paseando por los destacamentos de los presos, contaminando todo lo que se encuentran. Cuando un militar niega auxilio a un preso enfermo. La comida de mala calidad. Cuando un preso trabaja sin recibir salario. La mala comunicación familiar. Y todos se hacen los de los ojos pequeños.

Señora Graciela, con respeto, el fantasma de aquel entorno de que usted habla, créalo, está aquí, dentro de esta prisión. Coordine un encuentro con las Damas de Blanco; en el aspecto humano. Será provechoso.

La virgen María, madre de Dios, es también madre de los fieles y de  los que sufren. ¿Sabe usted por qué? Porque es un verdadero ejemplo de madre. Sólo tiene los ojos pequeños quien es pequeño de amor.