Crónica          
3 de marzo de 2008

Un fantasma recorre Cuba

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Un fantasma recorre la isla desde el Cabo San Antonio a la Punta de Maisí, y en su vuelo visita a todos los cubanos, en Miami, Madrid, Nueva York o Estocolmo. Algunos lo llaman  Eliécer Ávila, el protagonista del último capítulo de la telenovela del régimen cubano en su segunda temporada, iniciada con el gobierno interino del General Castro. Sin embargo, a diferencia de la célebre frase acuñada por Carlos Marx: “Un fantasma recorre Europa”, en referencia a la revolución proletaria, el fantasma caribeño prefiere el desmontaje de un sistema tan inoperante como represivo y responsable de la miseria de la nación. 
 
Como ese tipo de fantasma que hace su aparición al observar el cuerpo físico del sujeto a cierta distancia, el verdadero fantasma es el cuestionamiento que recorre a Cuba, relacionado con la desaparición física de Fidel Castro, y que muestra varias imágenes, como el aumento de los grupos prodemocráticos y de sus actividades en plena calle,  el reforzamiento del periodismo independiente con plumas cada vez más calificadas, y los cuestionamientos directos de jóvenes universitarios a la burocracia comunista.

Entre los fantasmas del momento está el joven campesino, líder del Proyecto de Vigilancia Tecnológica y Política, una de las especialidades de la Operación Verdad, dedicada según sus propias palabras “al monitoreo constante de Internet y a la misión de reporte y combate en esa área”. O sea, un esbirro del ciberespacio que puede ser responsable, ahora mismo, de monitorear las páginas de los periodistas independientes y los blogs alternativos desde la isla,  o colocar virus informáticos en las páginas web de los exiliados, como CubaNet, Payo Libre o Misceláneas de Cuba. También puede estar a cargo de cambiar los textos e imágenes de páginas con comentarios pocos favorables al gobierno o el chequeo de computadoras con Internet clandestino. Tal vez sea uno de los participantes a favor del régimen en los foros de debates estimulados desde los medios de prensa del mundo entero. En fin, cumplir la pretensión de Castro de colmar las redes con información hasta saturar el infinito.   

Ese joven espigado, y seguramente asmático, lleno de humildad y casi aterrorizado por lo que decía (recuerden el momento en que se pasa la mano por la cabeza), envió un discurso directo sobre sus necesidades más importantes ahora mismo: quiere dinero con valor de compra en su nación; una vejez digna para sus padres; conocer a su país y al mundo y, en primer lugar, el sitio donde fue ajusticiado su ídolo Ernesto Guevara. Quiere, además, saber a quién elige y por qué, en las elecciones al Poder popular.

Para combatir la huella dejada en la sociedad habanera de principios de febrero por el imberbe, salieron a la luz pública sendos mensajes del gobierno para desvirtuarlos. Primero, el domingo 10, un articulo en Juventud Rebelde firmado por un Pablo Valiente; luego, el lunes 11, se utilizó los buenos oficios de un miembro del Consejo de Relatores de Derechos Humanos para hacer correr el rumor  del arresto del tunero y;  para rematar, un largo reportaje en el noticiero nacional de televisión el día 12, donde aparecía Eliécer reafirmando su doctrina.

En muchas religiones, sobre todo las primitivas, existe la creencia de que el alma sale del cuerpo en momentos de inconsciencia, como por ejemplo, durante el sueño. Una práctica común entre los grupos que profesan este tipo de creencias consiste en aplacar a los espíritus ofreciéndoles comida, ropa y otros objetos útiles en el mundo espiritual. En el caso cubano, más que sueño es despertar y la única forma de aplacar al fantasma es darle libertad y democracia a la nación para que el debate se convierta en consenso, el cuestionamiento en progreso y la larga noche del régimen cubano se convierta en un día brillante.

 

 
 
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